El año pasado 58 mujeres recurrieron a técnicas de reproducción asistida en Menorca para ser madres. Los bebés nacidos gracias a los tratamientos médicos, siempre en el supuesto de que todos esos embarazos llegaran a buen término, representan un 9 por ciento del total, que en 2024 fue de 624 niños y niñas.
En el Hospital Mateu Orfila se dispone de solo una de las técnicas de reproducción asistida, la inseminación artificial conyugal, es decir, no se hace con semen de donante, ni tampoco está disponible la Fecundación In Vitro (FIV), que se lleva a cabo en la Unidad de Reproducción del Hospital Universitario Son Espases. En 2024 los especialistas del ‘Mateu Orfila’ practicaron 22 inseminaciones artificiales, con semen de la propia pareja, y otras 36 pacientes fueron derivadas a Palma para la FIV o para inseminaciones con semen de donante. La espera media para una fecundación in vitro en la sanidad pública puede rondar el año.
La media de inseminaciones en el hospital menorquín es de unas 30 al año, explica el jefe del servicio de ginecología, el doctor Juan Carlos Hermoso, quien confirma el incremento de la demanda de este tipo de tratamientos porque «la fertilidad, en general, está disminuyendo y las mujeres van retrasando el momento de buscar el embarazo». De hecho, se constata también un aumento de la congelación de ovocitos por parte de mujeres jóvenes que desean tener hijos más tarde, algo que la seguridad social solo cubre en determinados casos, «cuando hay una enfermedad que puede socavar su fertilidad futura, como un cáncer, en el que hay que irradiar o suministrar quimioterapia», explica el médico.
En el hospital menorquín no se hace la fecundación in vitro, ni la convencional ni la que se realiza mediante inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI), por una cuestión de medios humanos. No hay un laboratorio específico y «la plantilla que tenemos, con 9 o 10 ginecólogos, no permite contar con un servicio estable para in vitro, ya se hace un esfuerzo para ofrecer la inseminación artificial conyugal», apunta Hermoso.
La de donante no se realiza porque el transporte del semen congelado «genera problemas y puede dar lugar a que se hagan inseminaciones ineficaces», añade, «teniendo en cuenta el escaso volumen de esta técnica en Menorca es más rentable y seguro trasladar a la paciente al mismo lugar en el que está el banco de semen», que es Son Espases.
Cuando se recurre a la reproducción asistida, el reloj biológico marca los ritmos. «Para ninguna técnica se aceptan pacientes por encima de los 40 años, si vienen con 36 o 37 hay que darse prisa si quieren hacerlo en la sanidad pública», recuerda el ginecólogo, «hay menos margen para actuar».
En una mujer joven se puede recurrir a «técnicas más sencillas y menos agresivas» para favorecer el embarazo, como la estimulación ovárica, o consejos sobre el seguimiento del calendario menstrual.
En cuanto a los intentos que cubre la seguridad social, el jefe del servicio asegura que en Menorca, con la inseminación artificial, se puede llegar a seis, «depende de cómo haya ido el tratamiento previo», si no, el límite suele ser cuatro. «Cuando va muy mal se opta por la FIV» cuya tasa de implantación actualmente ha mejorado, con los criterios de selección de embriones, por lo que ya no es necesario transferir hasta tres embriones sino solo uno.
Hay muchas mujeres en esta isla que se cren diosas.. intentas acercarte para entablar conversación y te miran por encima del hombro y estan y estaran solteras