La aprobación del Plan Económico-Financiero (PEF) del Ayuntamiento de Maó para los años 2025 y 2026 sigue en el aire, pendiente de un acuerdo político que, de no producirse, puede llevar a la hacienda local a un callejón sin salida y a la retención de 1,3 millones de euros de su presupuesto actual para poder cumplir la regla de gasto. «Estos recortes afectarían directamente a los servicios públicos y a los ciudadanos», señaló ayer Ara Maó en un duro comunicado en el que vuelve a criticar a su otrora socio, el PSOE, con frases como «el trabajo de gestión requiere muchas horas de dedicación, no se puede gobernar solo desde las redes sociales».
La agrupación de electores se mantiene en el voto de abstención para el plan que el equipo de gobierno tiene pensado presentar de nuevo en un pleno, aún por convocar, y llama a la responsabilidad al principal grupo de la oposición, el PP.
«Nuestro voto no será a favor porque sería avalar una gestión descuidada, en la que ha habido una falta de control de los ingresos», declaró ayer el portavoz de Ara Maó, Jordi Tutzó, al tiempo que valoró que el PP «por responsabilidad» debería abstenerse también «porque si no, entraremos en un bucle, debemos salir de esta situación o se causará daño a la institución y a la ciudadanía».
Para Tutzó la aprobación de este plan «no es un mero trámite administrativo» porque, aunque ya se han aprobado otros planes económicos en el Ayuntamiento –los últimos en 2018 y en 2015, ambos por incumplimiento de la regla de gasto en los ejercicios anteriores–, en esta ocasión el incumplimiento afecta a la regla de estabilidad presupuestaria, e insiste en que eso se debe a «una mala gestión de los ingresos», con un porcentaje de cobro en periodo voluntario del 88,7 por ciento cuando lo habitual era el 99,1 por ciento.
Los concejales de los distintos grupos políticos se reunieron el martes en una comisión informativa para intentar acercar posturas y el lunes que viene volverán a reunirse. El alcalde, Héctor Pons, emplazó ayer a la oposición a que «hagan propuestas» para que el plan pueda llevarse al pleno de nuevo y ser aprobado. El socialista recordó que con anterioridad se han realizado planes financieros, por incumplimiento de la disciplina fiscal, que a diferencia del actual no fueron polémicos; además subrayó que, económicamente, «el Ayuntamiento de Maó está bien, no hay un problema de liquidez». El PP, que en el pleno del 31 de julio rechazó el PEF, debe todavía valorar su postura ante una futura votación.
Su portavoz, Virginia Victori, cargó ayer contra la «falta de previsión, la mala gestión y el ocultamiento de información a la oposición, como siempre». La concejal del PP se refiere a que el equipo de gobierno «sabía desde abril que tenía que hacer un plan económico y financiero y no nos informaron, lo supimos unos días antes, en la comisión previa al pleno». Le recordó al PSOE que gobierna «en minoría» y que si necesita llegar a acuerdos «ese no es el camino».
En cuanto al atasco en la recaudación municipal, Victori reprocha que se argumente la implantación de la tasa de residuos, que según los socialistas llevó a una sobrecarga de trabajo. «Se sabía desde 2023, cuando se aprobó, que debía cobrarse esa tasa» por lo que, de nuevo, según el PP, el gobierno local actuó con «improvisación».
El día que los socialistas esos zurdos, sepan que no pueden gastar 10 cuándo entran 6, se darán cuenta que es sistema socialista no tiene ningún futuro ni fundamento. No pueden pretender que la clase capitalista sufraguen los desaguisados de los socialistas y a los gandules que viven de pagas y ayudas sociales.