Un trocito de sombra en plena canícula y bajo los efectos de una larga ola de calor fue como «ver el cielo» para Montse Casado, madre de una niña de tres meses que vive en una autocaravana y llegó a Menorca este verano con la intención de establecerse con su familia, un sueño que ya ha abandonado. Su pareja, de nacionalidad suiza, trabaja de temporada en el puerto de Maó, mientras, ella está mucho tiempo en el vehículo, con su bebé, pasando un terrible calor y por eso el 15 de julio se refugiaron bajo unos árboles en el aparcamiento de Es Grau, hasta que un vecino hizo pública su queja en la edición digital de «Es Diari» y este pasado viernes se fueron, buscando otro lugar. «Pensábamos que todo estaba bien pero al saber que hay gente molesta ya no me siento igual, pido disculpas por apropiarme del sitio, tal vez vieron la matrícula suiza y pensaron que éramos turistas, pero solo era una cuestión de supervivencia», explica.
Como muchos otros trabajadores, «los cuatro» (padres, niña y un perro que es uno más de la familia) se han visto obligados a convertir lo que era una opción de vacaciones, la autocaravana, en un hogar. Además disponen de un coche para desplazarse al trabajo, que aparcan junto a la autocaravana.
Montse es originaria de Barcelona, llegó a la isla para trabajar los veranos y así lo hizo durante 14 años hasta 2021. Tras un periodo de cuatro años sin volver, y residiendo en Suiza, en una vivienda tradicional, aclara, decidieron venir a la isla a pasar el verano y a hacer la temporada, pero la Menorca de 2025 ya no se parece en nada a la que dejó, fue imposible encontrar una casa para alquilar y en la que vivir, aunque sea compartiendo, para esta familia.
«Al buscar vivienda por internet y no encontrar nada, nos salió la opción de estar en el terreno de un amigo con la caravana y nos pareció una buena idea», explica, pero más tarde el dueño de la parcela se echó atrás «tenía miedo a las denuncias», y así se vieron rodando por la Isla, «está siendo un verano raro, moviéndote, con la niña, el calor..., no es un estilo de vida que yo busco, pero hemos invertido dinero en venir y ahora ya solo nos quedan 20 días para irnos».
Su destino, pese a la ilusión inicial de quedarse en Menorca donde tiene amigos y años de trabajo y recuerdos, será Suiza, donde está la familia de Luca, su pareja. «Nosotros somos gente normal, queríamos que la bebé estuviera bien, un hogar como todo el mundo, pero ahora estoy triste por la queja, esta situación no va conmigo, está siendo un verano duro, que no esperábamos», relata Montse. En Suiza, preguntada por la vivienda de alquiler, afirma que «aunque tampoco es tan fácil como antes, se puede encontrar, tenemos donde volver y mi pareja, opciones de trabajo, queríamos quedarnos a vivir aquí pero es imposible, está muy caro y te echan en mayo, con una familia eso no apetece», lamenta. Ahora están establecidos en otro punto de la Isla donde acabar su estancia.
Temporeros y se gastan un vehículo de 70.000 euros. Hay cosas que no cuadran.