A pocas semanas del inicio del curso escolar, la escuela infantil Ses Canaletes de Sant Lluís —gestionada directamente por el Ayuntamiento— ha sufrido la renuncia de dos de sus siete educadoras infantiles. Esto ha obligado al Consistorio a publicar una oferta para cubrir las dos plazas vacantes a través de una convocatoria del SOIB.
Las dos bajas coinciden con el malestar que se ha extendido entre la plantilla de la escoleta, después de que el equipo de gobierno les comunicara un cambio en las condiciones laborales, decisión que no ha sido bien recibida por las trabajadoras.
Malestar en el centro
Desde el Ayuntamiento explican que el cambio en las condiciones obedece a que la persona que se encargaba del servicio de comedor y siesta, y que también realizaba funciones de secretaria, se ha jubilado y ahora este trabajo lo deberán asumir dos de las educadoras de manera rotatoria.
La intención del equipo de gobierno es que dos educadoras se turnen anualmente para encargarse de este servicio, lo que implica un cambio de horario laboral, aunque no un aumento de horas. Actualmente, las trabajadoras realizan su jornada de 7.30 a 14 horas y pasarían a hacerla de 9 a 15.30 horas.
Desde el Ayuntamiento remarcan también que durante ese tiempo, las encargadas del servicio no serán tutoras de ningún grupo, sino que ejercerán como profesoras de apoyo, lo que reducirá su nivel de responsabilidad.
No obstante, este cambio ha generado rechazo entre parte de la plantilla, por lo que la portavoz del PSOE, Sílvia Pérez, ya hizo referencia a ello en el último pleno municipal. Desde el PSOE explican que las trabajadoras se muestran disconformes con la propuesta, puesto que consideran que contraviene las condiciones ya pactadas en su contrato y que los cambios representan un retroceso en sus condiciones laborales.
Según los socialistas, el Ayuntamiento comunicó a las trabajadoras de la escuela que debían aceptar el cambio o se les rescindiría el contrato, una postura que ha generado tensión en el centro y que, advierten, podría provocar la renuncia de más trabajadoras.
Por su parte, la alcaldesa Loles Tronch asegura que la reestructuración está avalada por la relación de puestos de trabajo del Ayuntamiento y que ha sido tratada en la mesa de negociación sindical. Además, considera que lo más práctico es que el servicio de comedor lo asuma el propio personal de la escuela, ya que resulta muy complicado encontrar a una persona con la titulación requerida dispuesta a trabajar únicamente durante un periodo tan corto.
l'amo_corsoJa ho has dit tu... si ho fessin TOTES, però no és el cas