La situación es crítica. O en lo que queda del mes de agosto se reduce el consumo de agua en 600.000 litros diarios –el equivalente al gasto medio de unos 2.500 hogares– o no se podrá garantizar el suministro. Es la seria advertencia que Hidrobal, la empresa concesionaria del servicio, ha trasladado al Ayuntamiento de Maó y que ha motivado el endurecimiento de las restricciones en el uso de agua en el municipio del levante insular, donde se arrastran severos problemas de abastecimiento.
«No tenemos suficientes pozos para suministrar a la población en estos momentos», advierte la primera teniente de Alcaldía, Elena Costa, quien asegura que la Policía Local va a intensificar las inspecciones para vigilar que se cumplan las medidas decretadas, entre ellas la prohibición de utilizar la red municipal para limpiar vehículos, rellenar piscinas, regar jardines ornamentales, limpiar embarcaciones y utilizar las duchas de centros deportivos.
«Se avecina una semana complicada para los agentes de la Policía Local», explica la responsable de Hacienda, Ciudad y Seguridad Ciudadana. La falta de una ordenanza específica de ahorro de agua –está en elaboración– hace que no exista por el momento un régimen sancionador, pero desde el Ayuntamiento advierten de que los agentes pueden tomar otras medidas coercitivas. Una de ellas es castigar la desobediencia policial; la otra, proceder al cierre de contadores en casos de incumplimiento de las restricciones.
«No queremos llegar a esos extremos, pero tenemos que reducir el consumo; si no, habrá cortes de suministro», reconoce Costa, quien explica que este verano el municipio está registrando un aumento del consumo, que atribuye a la creciente presión turística, pero también a «un uso más descontrolado del agua». Al margen de las medidas decretadas el pasado 23 de julio, en las últimas semanas se ha tenido que recurrir a aportaciones extraordinarias. «Se han rellenado pozos con camiones cuba para poder satisfacer la demanda», asegura.
Uso doméstico
Desde el Ayuntamiento de Maó, que en paralelo ha lanzado una campaña destinada a informar a los usuarios tanto en la vía pública, como a través de diversos canales informativos, aseguran que «intentaremos a toda costa que si hay cortes no afecten al uso doméstico», pero no es algo que en estos momentos puedan garantizar. La diferencia entre la demanda de agua y la oferta disponible comportará que «una vez agotados los depósitos de distribución, las cañerías de la red queden vacías».
La consecuencia, según advierten desde Hidrobal, es doble. Por un lado, una falta de suministro para los abonados situados en los tramos finales de la red. Por otro, el riesgo de que en el momento de recuperar la presión normal en la red se puedan producir graves y costosas averías. Desde el Ayuntamiento confían asimismo que en los próximos días la reducción del calor y de la presión humana reme a favor de la causa.
Osea, que mi hijo no puede ducharse en la escuela de verano por lo tanto tiene que hacerlo al llegar a casa... ¿Alguien puede decirme dónde está el ahorro de agua?