Tras diecisiete años trabajando en un centro contable, el banquero Jaume Obrador y el ya fallecido Toni Carreras, a la sazón director de Cáritas, le reclutaron para sumarse al proyecto de Colonya Caixa Pollença cuando en verano de 2000 se establecía en Maó. Un par de lustros después, Tino Maria se convirtió en director de una oficina que ya es un emblema de la entidad financiera.
Un cuarto de siglo en la misma oficina de Colonya Caixa Pollença. ¿Cuál es el secreto de esa longevidad en un sector donde abunda la rotación?
—Sí, no es lo habitual. ¿El secreto? Colonya sigue siendo una caja de ahorros, cuando la mayoría desaparecieron en 2008. Nos gusta que haya confianza con el cliente y a la inversa, es básico. Y si una oficina funciona, no hay motivo para rotar al personal, a no ser que alguien se jubile o haya una promoción interna.
Integra la entidad desde sus inicios ¿El proceso para afianzarse, ha sido arduo?
—Hicimos un gran trabajo antes de abrir, el 7 de agosto de 2000. Era la primera oficina que abría Colonya Caixa Pollença fuera de Mallorca, por lo que a diferencia de otras entidades con presencia en España, no se nos conocía. Y la oficina aquí abrió casi de rebote. En el 99, la Fundació Deixalles de Mallorca contactó con Colonya y les planteó apostar por la banca ética; se explicó en Menorca lo que era y despertó mucho interés. Así se empezó. Tuvimos una gran acogida desde el primer momento, sobre todo gracias a la banca ética. Nuestro crecimiento ha sido exponencial, en 2003 abrimos una oficina en Ciutadella y una en Eivissa, en 2008 en Alaior y en 2023 en Ferreries.
Incrementan su red de oficinas y apuestan por el trato personalizado. Van a contracorriente, en parangón a otras firmas del gremio.
—Efectivamente. Ponemos a disposición de la gente todos nuestros medios, pero no a costa de restringir servicios. No imponemos limitaciones para retirar efectivo por caja, facilitamos cualquier servicio. Y al ser una caja de ahorros, parte del beneficio revierte en la sociedad. Cuanto más beneficio, más obra social. Cada vez más entidades sociales y deportivas sin ánimo de lucro abren cuenta aquí, pues tienen derecho a una subvención que es parte de nuestro beneficio. Ese trato personalizado, querer ganar dinero para que redunde en la gente, nos reporta un gran volumen de negocio y de clientes.
¿Su momento más complicado fue la crisis de 2008-12, o con la pandemia quizá?
—Antes de la crisis de 2008 muchas entidades bancarias concedían hipotecas del cien por cien a cualquiera. Nosotros rechazamos muchas peticiones. Esa prudencia, cuando llegó la crisis, nos benefició. Y a gente que se había quedado en paro y tenía que entregar el piso, les permitimos permanecer en la casa a cambio de un alquiler social. Nunca instigamos ningún desahucio. Fuimos de las pocas entidades bancarias que obró así. Cuando la covid, contactamos con los clientes para tranquilizarles, estuvimos con ellos. Nuestra política es estar con la gente.
¿Qué es lo más grato de su trabajo?
—La confianza recíproca con el cliente. Ves hijos de clientes que vienen aquí porque sus padres llevan veinte años con nosotros y están muy contentos. Y todas las subvenciones que damos a entidades como ALBA, GOB, Aspanob, Cáritas, asociaciones de enfermedades, el convenio de mecenazgo con el Teatre, el Orfeó, UD Mahón, CD Menorca… La obra social es lo más gratificante. ¿Lo más ingrato? Cuando ves gente o empresas que quieren cumplir y no pueden.
Entre sus clientes, ¿detecta mayor preocupación por llegar a final de mes o por el coste de la vivienda?
—Están relacionadas. La dificultad para llegar a final de mes va a más, sobre todo en un sector concreto de gente, a consecuencia del mercado inmobiliario. Y si no ahora, el problema lo tendrán en unos meses, porque les subirán el alquiler o no se lo renovarán... Y la sociedad actual se ha creado una serie de necesidades de las que se podrían prescindir.
Molt competents tècnicament, serveis financers a preus molt competitius, ben dirigits i molt bon tracte personal -i en la nostra llengua-. Són l’antítesi dels grans bancs. En dono fe: Durant el Covid ens van contactar tot hi no necessitar-ho per dir-nos que no ens preocupéssim si teníem dificultats en pagar les quotes de la hipoteca. Per molts anys i molts encerts!