El declive del comercio de proximidad, que desaparece para dar paso a un modelo dominado por las franquicias y las grandes superficies ubicadas en los polígonos industriales, es una realidad palpable en los núcleos urbanos de la Isla y también queda reflejado en las estadísticas oficiales.
Según el Ibestat, el pasado mes de septiembre en Menorca había un total de 614 pequeños comercios, una cifra muy inferior a los 817 registrados en el mismo mes de 2009. Se trata de unos datos que evidencian que, en poco más de quince años, la Isla ha perdido cerca de una cuarta parte de sus establecimientos tradicionales.
Burocracia y falta de relevo
El descenso en el número de pequeños comercios en los núcleos urbanos es una preocupación en PIME Menorca, donde ya hace tiempo que han detectado esta tendencia. «Desde 2010, prácticamente una de cada cinco tiendas ha cerrado», señala María García, secretaria general de la entidad que agrupa a las pequeñas y medianas empresas de la Isla.
García también destaca que el número total de trabajadores en el sector comercial ha aumentado en los últimos años, lo que a su juicio refleja que «cada vez hay comercios más grandes», lo que evidencia que el pequeño comercio ha perdido terreno frente a las grandes cadenas.
Como una de las principales causas de este fenómeno, desde PIME señalan las crecientes cargas fiscales y burocráticas, «que afectan especialmente a los más pequeños». «Tradicionalmente, el pequeño comercio está formado por autónomos, y para ellos cualquier subida de cotizaciones, impuestos o tasas municipales es difícil de asumir, y llevamos años con un incremento constante de costes», lamenta García.
Todo ello se refleja, por ejemplo, en el incremento de trabajadores en las gestorías, señalan desde PIME, algo que no dudan en atribuir al «aumento del papeleo y la burocracia».
Este diagnóstico es compartido desde Mô Comercial, donde su presidenta, María José Soriano, asegura que los pequeños autónomos están quedando «ahogados». En este sentido, critica la propuesta del Gobierno, presentada esta misma semana, de incrementar las cuotas de los autónomos en 2026, así como el nuevo sistema obligatorio de facturación electrónica, que está suponiendo un importante esfuerzo de adaptación para ellos. «Hay mucha gente que está decidiendo cerrar ante este cambio, sobre todo quienes están a punto de jubilarse y consideran que ya no les vale la pena el esfuerzo», asegura.
Sin embargo, Soriano considera que otro de los grandes causantes del cierre de pequeños comercios es la falta de relevo generacional, que en los últimos años ha provocado la desaparición de establecimientos emblemáticos. «Este es un problema contra el que es muy difícil luchar, porque los hijos hacen lo que quieren. Antes seguían el camino del negocio familiar casi por obligación, pero ahora tienen más opciones y, además, ven el sacrificio que hay detrás de un comercio. Les parece más fácil trabajar para otro que ser propietarios», explica.
Por su parte, María García recalca que la falta de relevo es un problema que afecta a todos los sectores tradicionales de la Isla, y no solo al pequeño comercio, teniendo una especial incidencia en sectores como el campo, la restauración o el calzado. «El relevo generacional es uno de los problemas más graves que Menorca debe afrontar para seguir evolucionando», subraya.
2026 será muchísimo peor. Con las nuevas prohibiciones de coches, mala publicidad, escraches del gob al visitante, subida de ecotasa ( ya de por sí, se pagaba muchísimo impuesto). Esto es el broche final para cargarse el turismo y la única fuente de ingresos. Promovido por Mes, psoe, gob y pp. Para que quede claro.! Acordaros los próximos años.!!