La escuela que proyecta la Fundación Waldorf en el antiguo edificio de Sa Farinera de Es Mercadal está despertando interés y disfrutando de una buena aceptación en el ámbito local. Así se desprende de las alrededor de ochenta personas que reunió su presentación en la Isla en la tarde del sábado en el Convent Sant Diego, en Alaior.
La interacción entre familias cuyos niños podrían convertirse en usuarios potenciales y el propio centro ha ido al alza desde que este diario desvelara en marzo su planteamiento e intenciones. «Desde entonces hemos percibido más interés del que de por sí ya había», explica Carol Aznar, una de las patronas de la fundación.
El contacto, que fundamentalmente se ha producido vía redes sociales, en esencia proviene «de familias menorquinas», muchas con niños pequeños, aunque también de una minoría extranjera afincada aquí «que busca ese tipo de educación para sus hijos; de hecho, algunos se han marchado por no tenerla», abunda Aznar.
Durante la presentación del proyecto, que contó además con Josep Abad, también patrono de la Fundación Waldorf; Thurit Armbruster, presidenta de la Asociación Nacional Waldorf; y Hernán Melara, filósofo y profesor, se incidió en que su modelo apuesta por «poner al ser humano en el centro de todo el proceso formativo», y no reducirlo al aspecto cognitivo, con el propósito de que los niños terminen ese ciclo «sabiendo quienes son y conociendo sus talentos». «Nuestra experiencia nos dice que con este método los niños salen más preparados», añaden.
Thurit Armbruster insistió en que no se trata de un modelo de enseñanza elitista o para clases acomodadas. La filosofía de la fundación es que «ningún niño» que quiera formarse con esa pedagogía quede excluido, si bien «algo tendrá que aportar». «El pago de una cuota responde a una elección consciente y una cuestión de prioridades», detallan. Tiene que haber un coste al carecer de subvención pública, «y tiene que ser así, pues Waldorf es una enseñanza libre, la diferencia es como ofrece y trata las materias, como enseña». Está en estudio crear un fondo de becas, al margen de los donativos y otras vías de ingreso que se puedan generar, como por ejemplo con «el aspecto cultural».
La enseñanza será en español, catalán e inglés y abarca desde Infantil a Bachillerato. La intención, «aunque no depende de nosotros», apostillan desde la Fundación Waldorf, es abrir puertas para el curso 2027-28.
Escola de Pijihipis amb pasta a full