Leo Messi se ha convertido en el estilete del FC Barcelona, que ha refrendado su dominio nacional anotándose su segundo título consecutivo de la mano del genial futbolista argentino, que ha acabado como 'Pichichi' con 34 goles y haciéndose con la primera 'Bota de Oro' de su carrera.
MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
Leo Messi se ha convertido en el estilete del FC Barcelona, que ha refrendado su dominio nacional anotándose su segundo título consecutivo de la mano del genial futbolista argentino, que ha acabado como 'Pichichi' con 34 goles y haciéndose con la primera 'Bota de Oro' de su carrera.
Messi, en el definitivo envite, marcó dos goles que alfombraron el vigésimo título del Barcelona. Durante la primera parte, el argentino cedió el honor del gol a Pedro, pero tras la reanudación anotó dos, que le hacen alcanzar la impresionante cifra de 34 goles, empatando con Ronaldo como máximo goleador del Barcelona en una sola temporada.
El 'Pulga', desde que irrumpió con 17 años en el concierto futbolístico mundial, siempre ha destacado. Se veía que era un jugador diferente, con tintes de estrella. Pero las lesiones y la pronta repercusión de su figura --unida a la compañía de Ronaldinho--, parecía frenar la progresión del de Rosario, nada más lejos de la realidad.
La temporada pasada anotó 38 goles, una cifra descomunal para un jugador al que la llegada de Pep Guardiola al banquillo blaugrana le sentó como una bocanada de aire fresco, una liberación que acababa con el ambiente rancio que reinaba en el Camp Nou. Clave en la consecución del 'triplete', Messi volvió de vacaciones exhibiéndose en las Supercopas, pero guardaba su mejor versión para la Liga.
En el campeonato regular, el Barcelona ha pasado por momentos de altibajos, pero nunca ha perdido su seña de identidad. Sin embargo, sí ha habido partidos en lo que se atascaban, agobiados por la presión del rival. Ahí estaba él, para marcar dos 'hat-trick' consecutivos ante Valencia y Zaragoza, y sobre todo, para amarrar medio campeonato en el Bernabéu.
Una de las claves de las estratosféricas cifras que ha registrado, ha sido el cambio de posición. Pegado a la banda, Messi es un jugador desequilibrante, infalible en el desborde y fantástico en la arrancada, pero jugando en el centro se convierte en un jugador total. Capaz de asistir, combinar y, sobre todo, de marcar goles.
'Pichihi' en Liga y en 'Champions', Messi ya ha dejado al Barcelona en el trono. Ahora tiene otra cita en el horizonte. Será en junio y julio en Sudáfrica, donde intentará invertir las tornas con Argentina, el país con más afición al fútbol del planeta que, incomprensiblemente, critica en ocasiones a su máxima estrella.