«Yo veía como saltaban bolas de fuego por las ventanas y no sabía si eran personas u objetos, fue aterrador». Es el testimonio en primera persona de Gina Gutiérrez Llopis, una alaiorense de 28 años, residente en Londres desde hace 9 meses, que vive desde hace seis en la decimosexta planta del edificio situado frente a la Torre Grenfell, incendiado en la madrugada del martes en el barrio de North Kensington, al noroeste de la ciudad.
Gina relata que «sobre la una comenzaron a aporrear la puerta de mi casa pero tanto la mujer que vive conmigo como yo decidimos no abrir porque por allí residen algunas personas extrañas». Instantes después comenzaron a oírse gritos y más golpes, «gritaban ¡fire!, fuego, y entonces vimos el edificio que está justo delante del nuestro, todo en llamas y ya salimos corriendo». La imagen puntual hizo recordar, incluso, el atentado de las torres gemelas, en Nueva York.