El marido de Elizabeth Pimentel Montilla, la mujer venezolana de 36 años que murió ahogada en un jacuzzi de plástico el pasado 18 de junio, en una nave del Polígono Industrial de Ciutadella, admitió en su declaración ante la Policía Nacional que tanto ella como él habían consumido drogas la noche anterior.
El hombre, también venezolano de 39 años de edad, en su primera declaración ante la Policía relató que ambos habían tomado alcohol en abundancia. En una nueva declaración en la Comisaría de Ciutadella acompañado por un abogado al que contrató, dijo que además del alcohol él y su esposa habían tomado una droga denominada metanfetamina, conocida como cristal. Se trata de un estimulante sumamente adictivo que afecta el sistema nervioso, cuyos efectos duran entre 6 y 8 horas. Provoca el aumento del ritmo cardíaco, la presión sanguínea y de la temperatura corporal.
La autopsia practicada por las dos forenses de la Isla al cadáver de la mujer reveló que había muerto ahogada sin evidenciar ningún signo de violencia física, aunque no pudo precisar las causas por las que se produjo el extraño ahogamiento. Por ese motivo se remitieron muestras de sangre para su análisis al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Barcelona, cuyos resultados todavía se desconocen. Mientras tanto, el cadáver de la mujer fallecida permanece en una cámara del tanatorio de Maó hasta que el juez permita su traslado a su país de origen una vez se hayan completado las diligencias.
El grado de alcohol en la sangre y de las drogas que reflejen los análisis permitirá saber si pudo sufrir alguna alteración por la mezcla que provocara un desfallecimiento y su ahogamiento posterior.
La mujer fue hallada muerta por su marido cuando este despertó después de la noche de juerga que habían protagonizado ambos. Dijo que bebieron, mantuvieron relaciones sexuales en el jacuzzi y se quedaron dormidos. Cuando el despertó la encontró boca abajo en el agua, y a continuación avisó a otra amiga que también se encontraba en la nave de la calle Bijuters, durmiendo en otra estancia. Fue entonces cuando ambos comprobaron que el cuerpo de la mujer no reaccionaba, y dieron aviso a Emergencias.
El mismo hombre fue detenido en Barcelona en noviembre de 2015 por una orden internacional ya que estaba acusado por la justicia venezolana de homicidio y violencia sexual a la que había sido su novia cuando ella apareció muerta en diciembre de 2009. Finalmente la justicia española no le extraditó a Venezuela por falta de pruebas y quedó en libertad por lo que pudo continuar en España sin ser juzgado en su país.
Tras el suceso de Ciutadella, el marido ha prestado declaración ante la Policía pero en ningún momento ha sido imputado al no haber evidencias que le relacionaran con la muerte de su esposa.