Ha quedado en libertad tras declarar ante la juez de guardia mientras se completan las diligencias y la Policía Nacional investiga la denuncia de violación a su expareja por la que fue detenido el pasado 12 de diciembre en Ciutadella. En todo caso, la valoración policial de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer, del CNP, considera que el caso es de riesgo extremo, de ahí que haya solicitado las medidas de protección para ella.
El acusado, un hombre español de 22 años de edad, acumula numerosos antecedentes policiales por malos tratos, también por atentado a la autoridad y quebrantamiento de condena, lo que explica la valoración de riesgo extremo realizada en comisaría, en atención de los protocolos de violencia de género.
Según la mujer, de 26 años, nacida en el Reino Unido, había concluido la relación con el hombre unas dos semanas antes del encuentro que derivaría en la denuncia por agresión sexual. Ella había puesto punto y final a la convivencia con él que se había prolongado durante seis meses, los dos últimos residiendo en la casa de un familiar del hombre donde volvieron a encontrarse el 10 de diciembre por la noche. Explicó la presunta víctima que decidió promover el encuentro ante su insistencia para volver con ella. Le mandaba mensajes y se escondía cerca de su vivienda para acercarse y hablarle. Quiso hacerle comprender que la relación había acabado y le pidió que la dejara en paz. Durante el encuentro en la casa del familiar en la que habían residido, el hombre volvió a ponerse agresivo, le lanzó el móvil al suelo por celos y luego se calmó. Ella más tarde se dirigió a una habitación porque no quería estar sentada junto a él pero tampoco marcharse sin resolver la situación.
Minutos después el presunto agresor entró en la habitación y le pidió mantener relaciones. Ella se negó y él la empujó contra la cama, la inmovilizó agarrándole el pelo y le rompió la ropa para consumar la violación, aseguró en la denuncia. Él la amenazó con matarla y posteriormente quitarse la vida.
Cuando el hombre se durmió ella huyó. A la mañana siguiente acudió al centro médico del Canal Salat de Ciutadella de donde fue derivada al Hospital Mateu Orfila para que la reconociera la médico forense. Una vez puesta la denuncia la Policía Nacional detuvo al presunto agresor el día 12.
Defendido por el abogado José de Juan López, que le fue asignado para su defensa, el hombre aseguró ante la juez que no forzó a su expareja. El letrado sostuvo que la víctima había incurrido en contradicciones por lo que su testimonio no era clarificador.