Un empresario de Ciutadella del sector de la construcción ha sido condenado a un año de prisión y al pago de una indemnización de 391.131 euros a un obrero eventual al que había contratado en enero de 2017, para que condujera un camión de la empresa. El hombre, de 51 años de edad, sufrió un gravísimo accidente laboral al caerle un toro mecánico encima, que acabó provocándole la incapacidad total y permanente dos años después del suceso.
El magistrado-juez del Juzgado Penal de Maó concluye que el titular de la empresa actuó con negligencia en la adopción de medidas preventivas con su trabajador que podían haber evitado el hecho fatídico. De esta forma, le considera responsable de un delito contra los derechos de los trabajadores por imprudencia grave y de otro de lesiones causadas por esa imprudencia. Además del tiempo de prisión, que no cumplirá al carecer de antecedentes penales, y de la indemnización, la sentencia le inhabilita durante el mismo tiempo para que actúe como administrador de cualquier empresa del mismo ramo de la construcción. El fallo puede ser recurrido ante la Audiencia Provincial.
La indemnización, de la que responde hasta 50.000 euros la entidad aseguradora Mapfre y la propia empresa, se elevaba a 751.152 euros, según la petición de la acusación particular a cargo del propio obrero accidentado.
La sentencia indica que el acusado, como director gerente de su empresa, sabía que la grúa que portaba el camión estaba estropeada y, por tanto, tampoco podía utilizarse el toro mecánico sujeto a la caja del vehículo, y así había informado a su trabajador que no los manipulara. «Por tanto infringió las normas de prevención de riesgos para que el equipo de trabajo puesto a disposición del obrero fuese el adecuado», señala el fallo. El operario no tuvo más opción que la manipulación manual del toro, de más de 100 kilos de peso, cuando este se había desplazado de su lugar , lo que acabó provocando el accidente.
El apunte
Un toro mecánico de más de 100 kilos que iba en el camión le cayó encima
El toro mecánico que llevaba el camión estaba fijado en la caja con un anclaje insuficiente. El día del accidente, después de que el operario descargara la mercancía en un almacén del Camí de Sant Jordi, en Ciutadella, se percató de que el toro se había desplazado hasta la mitad de la caja, porque se había desenganchado debido a la rotura o desgaste del grillete que lo sujetaba con una cadena. El hombre bajó la tapa lateral del camión y subió con la intención de volver a colocar el toro manualmente en su sitio, dado que no disponía de otros medios ni formación adecuada para actuar en esa situación, ni tampoco había otros operarios que pudieran ayudarle. En un momento de la operación perdió su estabilidad al pisar fuera de la caja, cayó al suelo y, al agarrarse al toro que estaba empujando, este basculó y le cayó encima.