«Venga, levántate ya porque si no te voy a dar otra más fuerte». Esas fueron algunas de las amenazas de un hombre a otro que se escucharon sobre las 00.30 horas de la Nochebuena al inicio de la calle Bisbe Sever, de Maó, junto a Vasallo. Procedían del hombre de 39 años que, presuntamente, acabó provocando la muerte de M.M.C., de 49 años, tras una discusión, cuando este yacía en el suelo, entre un vehículo y la acera, después de haber recibido reiterados golpes de su agresor.
«Para, para, no le pegues más», fue otra de las frases que se escuchó aquella sangrienta noche, en este caso proferida por el otro acompañante del grupo formado por tres hombres, quienes habían pasado las horas previas juntos celebrando la Nochebuena bebiendo gran cantidad de alcohol y, posiblemente, tomando drogas. Los tres habían atravesado la Estación de Autobuses saliendo a la calle Vasallo para, posteriormente, virar a la derecha y tomar la de Bisbe Sever.
Discutían, al parecer, porque el agresor le recriminaba a la víctima que no le hubiese conseguido la droga que, supuestamente, le había encargado. De pronto comenzaron a escucharse las voces que alertaron a algunos vecinos de ambas calles. Uno de ellos había salido a la terraza a fumarse un cigarrillo cuando le sorprendió la violenta escena y dio aviso a la Policía Local, aunque serían agentes de la Policía Nacional los primeros en llegar al lugar de la agresión.
Varios puñetazos
El acusado comenzó a propinarle varios puñetazos seguidos, quizás cuatro o cinco, hasta que la víctima cayó literalmente a plomo entre un vehículo estacionado y la acera. Ya en el suelo le siguió dando patadas en la cabeza y le pisó el rostro. No creyó que sus agresiones iban a tener esas consecuencias porque instantes después le zarandeó agarrándole diciéndole que se levantara si no quería que le pegara más.
Los golpes habían resultado letales. La víctima no volvería a tener conciencia. El agresor y su acompañante, al ver que no se levantaba, se fueron del lugar en dirección hacia la calle Sant Esteve, pero distanciados uno del otro, mientras el hombre quedaba tendido sobre el asfalto hasta la llegada de los agentes nacionales y locales a los que siguieron los técnicos sanitarios que le trasladaron de inmediato al Hospital Mateu Orfila, ya en un estado crítico que resultaría irreversible.
A pesar de su evacuación a ‘Son Espases' al día siguiente, y ser intervenido del derrame cerebral, su recuperación fue imposible. Días después, el 2 de enero, volvió a ser trasladado al centro hospitalario menorquín, donde fallecería una vez fue desconectado de la máquina que le asistía. La causa de su fallecimiento fue una hemorragia cerebral irrecuperable.
El apunte
Descartado el asesinato porque no hubo intención de causarle el fallecimiento
El agresor, un hombre de Maó de 39 años, se someterá a un juzgado popular en un tribunal de la Audiencia Provincial cuando se completen las diligencias y se señale el juicio una vez la fiscal que lleva la causa, Almudena Vallejo, redacte el escrito de acusación.
El fallecimiento de la víctima supone la causa de homicidio con una pena, en principio, de 10 a 15 años de prisión, por lo que la causa pasa de un procedimiento abreviado del Juzgado Penal, a un jurado popular.
Queda descartada la acusación de asesinato porque no hay ningún elemento que presuma intencionalidad de matarle. De hecho, él quería que se levantase, por lo que creía que no le había causado un daño irreparable.
Falta que el informe de la autopsia pueda determinar si el derrame cerebral fue producto del primer impacto entre el coche y el suelo, o de los posteriores cuando ya estaba tendido.