Un año de prisión que no cumplirá al ser la condena inferior a 24 meses y carecer de antecedentes penales, supone que el hombre que dio una paliza a su perro en Cala en Porter el 18 de septiembre de 2022 no va a sufrir ningún castigo efectivo pese a que el animal tuvo que ser sacrificado poco después debido a las lesiones que le ocasionó.
El acusado, de 41 años, residente en Eivissa, aceptó ayer la condena que había sido pactada por su abogada con el fiscal y la letrada de la acusación particular en representación de las vecinas que le denunciaron al tener conocimiento del maltrato a su perro, un perro pastor belga malinois, de seis meses. Le agredió reiteradamente con una vara tras llegar a su casa y encontrarla desordenada.
A consecuencia de los golpes al perro, el animal sufrió una contractura lumbar y cervical con hemiplejia de las extremidades anteriores, según determinó la primera visita médica. Tras una radiografía se observó que el animal padecía un empotramiento de las dos primeras vértebras cervicales con posible fractura.
El dueño autorizó su intervención quirúrgica, pero finalmente se tuvo que practicar al perro la eutanasia por lesión severa del tronco encefálico y consecuente fallo de las funciones vitales fundamentales.
El fiscal solicitaba 18 meses de prisión que quedaron en un año aunque en el mismo juicio de ayer no se opuso a la suspensión del ingreso en la cárcel siempre que no delinca en los dos próximos años. El fiscal le advirtió que se incurre en cualquier otro delito relacionado con maltrato animal pedirá su entrada en prisión. Durante tres años no podrá tener mascotas ni realizar ninguna actividad o profesión relacionada con animales.
La acusación particular renunció a las costas con lo que el acusado, además, no deberá pagar ninguna multa.
El acusado pudo acogerse a la norma anterior a la reforma de la ley de maltrato animal, que fue cuando cometió el delito, porque le era más beneficiosa. Si hubiera sido posterior a marzo de 2023, el hombre se habría enfrentado a una falta grave o muy grave, según su calificación por el resultado final del caso que supuso la eutanasia del perro. Las infracciones graves por maltrato animal incluyen multas de 10.001 a 50.000 euros y las muy graves, como podría ser este caso, de 50.001 a 100.000 euros, por la muerte del animal.