La imagen de una furgoneta en posición vertical entre las rocas de un pequeño acantilado, entre Binibèquer y Cala Torret, se convirtió este martes por la mañana en centro de atención de residentes y turistas dado lo insólito de la estampa.
Fue un vehículo de reparto que distribuye embutidos y productos cárnicos de la Isla el que se precipitó hacia atrás cuando estaba detenido en el Passeig dels Porxos, de esta urbanización de Sant Lluís.
Su conductor se hallaba recogiendo artículos en la caja trasera de la furgoneta por uno de sus laterales para distribuirlos entre alguno de los comercios de restauración más próximos cuando advirtió que el freno de mano se soltaba y el vehículo comenzaba a moverse hacia atrás peligrosamente. Se desconoce si falló el mecanismo del coche o bien este no se hallaba correctamente accionado.
Su reacción fue la de saltar al exterior y tratar de frenar la máquina pero dada la pendiente de la calle, la furgoneta ya había emprendido su camino imparable hacia el pequeño acantilado que delimita con el mar.
La furgoneta se precipitó entre las rocas hasta quedar en una posición vertical pero, al menos, esos mismos obstáculos naturales impidieron que acabara cayendo al agua.
En pocos minutos acudieron los bomberos de guardia del parque de Maó y procedieron a sujetar el vehículo con varias cuerdas para evitar que este se moviera y pudiera finalizar su recorrido en el mar, lo que habría añadió más dificultad todavía al rescate y podía haber ocasionado daños ecológicos.
El «atractivo» que suponía la estampa de la furgoneta se mantuvo por un tiempo a lo largo de la mañana, ya que el accidente había ocurrido a las 11, hasta que acudió una grúa con la capacidad suficiente para poder izar la furgoneta desde el pequeño acantilado y devolverla a su posición original, en la calzada.
Los bomberos presentes en el servicio comprobaron posteriormente que la posición en la que había estado el vehículo no hubiera provocado vertidos de combustible o aceite al agua.