El obispo Francesc Conesa presidió la tradicional bendición de ramos con la que se conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén. Y lo hizo con un especial ramo entre sus manos, una obra de arte que se le envió para la ocasión desde su ciudad natal, Elche, por parte de una empresa especializada.
Se da la curiosidad de que se trata de una pieza que tan solo se le entrega al obispo de Alicante, al Rey y al Papa.
Tras la bendición de los ramos ante los fieles en la parroquia de Sant Francesc de Ciutadella, la tradicional procesión del Domingo de Ramos partió con destino a la Catedral. Durante la homilía, Conesa invitó a los fieles «a vivir con intensidad y devoción estos días que comienza y que celebran los misterios más importantes para el cristiano».