Ocurrió el pasado miércoles por la tarde. Un grupo de unas diez vacas de raza frisona bajaron hasta la playa de Son Saura, fundiéndose con los bañistas que paseaban por la zona. Al parecer, la entrada de la «tanca» en la que se encontraban fue abierta por unos desconocidos y los animales no desaprovecharon la ocasión de vivir una aventura que acabó en la misma orilla del mar. Al ver libre la salida del «lloc», no dudaron a la hora de bajar a la playa y disfrutar de la costa menorquina. La orografía de la zona de Son Saura está marcada durante esta temporada alta por las grandes dunas de color marrón intenso en las que se hallan grandes concentraciones de algas bañadas por el mar. La Conselleria insular de Medio Ambiente y Reserva de la Biosfera ha decidido no retirarlas porque son un factor clave en la regeneración de la cala. Y ayer, se convirtieron en un festín culinario para unos animales esenciales para la industria local.
La estampa de un conjunto de vacas en pleno agosto pastando en la orilla junto a las olas y con un conjunto de yates al fondo podría convertirse en una de las imágenes más comentadas del verano menorquín.
De hecho, la visita de los ejemplares a la orilla ocasionó que una dotación de la Policía Local se acercara hasta el lugar tras ser avisados y se pusiera en contacto con los responsables del predio al que pertenecen los animales.
Los payeses atendieron las demandas de los agentes y condujeron al grupo de nuevo a la finca, mientras no se explicaban como habían podido escaparse de sus terrenos ni sabían quién había podido ser el responsable de abrir las barreras.
La gran importancia de las industrias quesera y lechera en Menorca ha convertido a las vacas en uno de los animales con mayor presencia en el paisaje local. Su pausado carácter las convierte un objetivos claros de los cámaras y los teléfonos móviles durante una visita al campo de la Isla.
12.000 ejemplares
Y es que los últimos datos aportados por el Govern atestiguan que hay cerca de 13.000 ejemplares de este tipo de reses en Menorca. La más numerosa es la raza frisona, de la que se calculan más de 10.700 animales en el conjunto de los ocho municipios. Las vacas que bajaron a Son Saura son de este tipo, caracterizado por la clásica mezcla de colores blanco y negro que pueblan su piel. Además, también hay cerca de dos millares de vacas de raza menorquina, de color más pardo. La presencia de estos últimos animales ha crecido de forma exponencial durante los últimos años, multiplicándose por cuatro en un periodo de tres lustros. La visita de un conjunto de vacas a los arenales de Son Saura será una de las anécdotas del verano en la Isla. Seguro.