Los descendientes menoquines que viven en la ciudad de San Agustín de la Florida mantienen siempre viva la llama de sus orígenes. Así ha ocurrido en el desfile navideño que se celebró el pasado sábado en el que uno de los vehículos exhibía una bandera de la Isla y una pancarta con el lema «Bienvenido a Viva Menorca», de la Menorcan Cultural Society de aquella localidad norteamericana.
Además se plantó un arbol de Navidad con los apellidos de los más de sesiscientos menorquines emigrados el 31 de marzo de 1768 y se hicieron pastas típicas como los rubiols y las formatjades que los minorcans todavía conservan.
El desfile
El desfile de Navidad de San Agustín o Saint Augustine Christmas Parade, como allí es llamado, es uno de los mayores eventos navideños del noreste de Florida. En el participan vehículos antiguos, carrozas, carruajes, personas disfrazadas, bandas de música y la figura de Papa Noel.
Este año se llevó a cabo la 63 edición de este acontecimiento, aunque a punto estuvo de no celebrarse por falta de patrocinio. La organización anunció el martes su cancelación porque no podían pagar los costes municipales para cubrir los gastos de la presencia policial y de protección. Finalmente tras la publicación de la noticia apareció un esponsor.
La historia de la llegada de 1.400 menorquines a la Florida es un episodio digno de una novela o una superproducción de Hollywood. Viajaron allí engañados por el médico escocés Andrew Turnbull y fueron tratados casi como esclavos en unas plantaciones en New Smyrna. Tras casi diez años, la mayoría consiguió huir y refugiarse en la ciudad de San Agustín donde aún siguen muchos de sus descendientes orgullosos del legado de aquellos valientes menorquines.