La pastelera menorquina Cristina Jiménez está «viviendo su sueño» en Melbourne. Hace poco más de tres semanas abrió La Colmena, la primera pastelería española en Australia, y el negocio va viento en popa. De hecho, le cuesta dar abasto con la demanda y sus pasteles más vendidos son sus ensaimadas caseras, para las que tiene que importar desde Mallorca la calabaza especial para hacer el famoso relleno cabell d'àngel. Aparte del mejor chocolate belga, el resto de los ingredientes los consigue en Australia.
Cristina no siempre fue pastelera profesional. Después de mudarse de Maó a Barcelona, trabajó como ingeniera informática durante muchos años antes de trasladarse a Melbourne en 2009. «Tenía un buen trabajo y mi marido es ingeniero civil en una gran empresa española internacional. Estábamos bien instalados en Barcelona, tuvimos a nuestra primera hija y entonces a mi marido le ofrecieron un proyecto en Australia. Nos lo pensamos y decidimos que sería una experiencia para la familia. Así que nos embarcamos en lo que pensábamos que sería una aventura de dos años como expatriados. Pero un proyecto llevó a otro y seguimos instalados en Melbourne, con nuestra segunda hija, y acabo de embarcarme en esta nueva aventura».
Afirma que «siempre había soñado con abrir una pastelería cuando me jubilara, pero la verdad es que no sabía si lo conseguiría, y menos en Australia. Pero cuando llegó la pandemia y Melbourne sufrió algunas de las restricciones más duras del mundo, decidí empezar a estudiar el arte de la pastelería. Llevaba décadas cocinando recetas familiares tradicionales, pero aproveché el bloqueo para mejorar mi pericia y conocimientos en el mundo de la pastelería con formación en instituciones culinarias punteras como Le Cordon Bleu Melbourne».
Ya ha conseguido grandes pedidos «así que voy a tener que aumentar la producción, pero no va a ser fácil encontrar un pastelero que sepa hacer ensaimadas y todas las demás delicias baleares y españolas en Australia». Por eso, «lo que me gustaría hacer es dar a algunos jóvenes pasteleros baleares con cuatro o cinco años de experiencia la maravillosa oportunidad de venir a Melbourne conmigo».
Además de ensaimadas, Cristina elabora piononos, glaseados, ‘doblegats' o roscón de Reyes.