La liturgia de la Semana Santa vivió este sábado noche la Vigilia Pascual, una de las celebraciones cristianas con mayor contenido y significado durante el Triduo Pascual.
El obispo emérito Javier Salinas presidió la Eucaristía en la Catedral. El extitular de las diócesis de Eivissa, Tortosa y Mallorca, que también ha ejercido como auxiliar de Valencia, manifestó que «la Vigilia Pascual es el acto nuclear de los oficios de Semana Santa, al conmemorar la resurrección de Jesús».
«Una ‘noche en vela' que adquiere un profundo sentido al recordar el pasaje bíblico en el que un grupo de mujeres llega al sepulcro para embalsamar a Jesús, que había muerto en la cruz. Pero no encuentran el cuerpo, porque ha resucitado», subrayó.
Cristo ha resucitado
En la Vigilia Pascual se conmemora la Resurrección de Jesús. Los dos símbolos de esta gozosa celebración litúrgica, que precede el Domingo de Pascua de Resurrección, son el fuego y el agua.
Tras encender el cirio pascual, símbolo de la luz, se recitó el pregón, que relata la historia de la salvación desde la creación, la prueba y caída de Adán, la espera y liberación del pueblo de Israel, hasta la entrega de Jesucristo, quien muere por nuestros pecados y nos lleva a la salvación.
Es un mensaje de esperanza, que proclama la victoria de la luz sobre la oscuridad. Después de las lecturas se llevó a cabo la bendición del agua y durante la Eucaristía se entonaron cantos del aleluya en una celebración festiva porque se han cumplido las promesas de Dios, con la confianza de que nos otorgará la salvación.