El reconocimiento y definición del aceite menorquín de producción ecológica da un paso adelante en el largo proceso administrativo para obtener el distintivo de Indicación Geográfica Protegida (IGP). Los documentos para la inscripción en el registro de la Unión Europea de la IGP «Oli de Menorca/ Aceite de Menorca» se encuentran ahora mismo en fase de exposición pública, hasta el 30 de agosto, según la resolución de la Conselleria balear de Agricultura publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
La Associació Oli de Menorca ha trabajado durante años para definir las características del aceite protegido y promover, junto con el Servicio de Calidad Agroalimentaria del Govern, su inscripción. El documento único de la IGP y el pliego de condiciones, ahora en exposición pública, fijan las condiciones que debe tener el aceite para contar con la identificación regulada en el ámbito de la Unión Europea y que otorga derechos de propiedad intelectual y protección frente a usos comerciales indebidos, imitaciones o indicaciones falsas sobre el origen del producto.
El paso previo fue la inclusión en 2020 del aceite menorquín, extraído del ullastre o acebuche (Olea Europaea L.), en el Catálogo de Alimentos Tradicionales de las Illes Balears. Después vino la aprobación por la asociación de productores de unas características consensuadas, que como explica su presidente, Josep Maria Quintana, fueron aprobadas por una mayoría y optan por dejar que se inscriba solo el aceite ecológico, sin importar la variedad.
Un aceite «equilibrado»
El «Oli de Menorca/Aceite de Menorca» es un aceite de oliva virgen extra ecológico, o en conversión, obtenido del fruto de la olivera exclusivamente por procedimientos mecánicos. En su descripción se presenta como un aceite afrutado verde, de intensidad media o alta, y en boca presenta sabores amargos y sensaciones picantes, entre ligeras y medias. Son características que permiten clasificarlo como un aceite equilibrado.
Sin su inscripción en el registro comunitario como IGP ahora mismo se comercializa como aceite de Origen España, no se ve reconocida su especificidad al producirse en la Isla. Aún queda camino por recorrer hasta que el distintivo se logre. Si la exposición pública se cierra sin alegaciones, la solicitud sigue su trámite para ser aprobada por el Ministerio de Agricultura y después por la UE, eso tardará como mínimo otro año. Explica Quintana que «si la UE no pone pegas», a partir de que se admite esa inscripción y hasta que se formaliza oficialmente los productores ya podrán identificar su aceite como «Oli de Menorca».
Una veintena de fincas productoras
Actualmente hay una veintena de fincas productoras de aceite en la Associació Oli de Menorca y el año pasado la cosecha fue de unos 25.000 litros de aceite de oliva virgen extra, cantidad que fue un 50 por ciento inferior a la del año anterior. 2022 no fue un buen año para el aceite ni en Menorca ni en el resto de España. El calor excesivo fue una de las causas, a lo que se añadieron las granizadas que picaron el fruto de los olivos. La asociación confía en que 2023 –la recolección comenzará a finales de septiembre–, sea mejor.