«Llevamos meses preparando las cosas y trabajando con gran ilusión. Hay mucha gente que se ha esforzado mucho y ahora vamos a disfrutarlo». Con esas palabras respondía ayer el caixer pagès de tramuntana, Antoni Bosch Moll, cuando se le preguntaba sobre cómo afrontan los días que están por venir. Y se puede decir que en su finca, la de Son Àngel, ya se respiraba un auténtico ambiente de fiesta. ¿El motivo? El inicio de los últimos preparativos para celebrar el Dia des Be y que el animal luzca bien blanco.
Esa es una tarea que el caixer pagès ha delegado en su sobrina, Neus Moll Bosch, que se ha puesto al frente de un equipo que ayer ya puso la manos en remojo. A primera hora de la mañana, en la intimidad de la familia, y después en una segunda sesión pensada para disfrutar con los amigos. Una jornada soleada, intensa y repleta de sentimientos.
Los dos ejemplares para la gran fiesta ya están seleccionados, y el animal que será protagonista está elegido, salvo cambios del última hora. La intención es bautizarlo como Àngel en honor a la finca que le vio nacer. Los dos corderos vinieron a este mundo el pasado mes de noviembre y el peso de cada uno ronda actualmente los 30 kilos.
Ambos han comenzado a lucir un poco más blanco gracias a un proceso de limpieza que se extenderá durante toda esta semana. Todo bajo la supervisión de Neus, quien además cuenta con la ventaja de ser peluquera de profesión. Entre el proceso de lavado y secado, dedicaron ayer cerca de una hora a cada uno de los ejemplares, una labor que quedó inmortalizada por un gran número e visitantes.
Mañana y el jueves se repetirá el proceso, dedicándose los días anteriores a desenredar el pelaje. Y como elemento clave en todo el proceso el popular jabón de lana Norit, artífice de que el animal vuelva a ser el blanco de todas las miradas y que luzca en su máximo esplendor el próximo domingo.
En ese día tiene especialmente puesta la vista, José Mercadal Pons, s'homo des be, que ve cómo la fecha se acerca y siente una mezcla de «respeto, nervios y responsabilidad». Comenzó a entrenar tan pronto como le comunicaron el cargo, en enero. En marzo empezó a caminar sin calzado, hace un mes y medio empezó a entrenar con el animal a los hombros, día si, día no, y ahora lo hace cada jornada. En el peso no ve problema, «es más importante saber colocarlo bien», asegura. Se siente bien preparado, pero reconoce que «me preocupa más el aspecto psicológico que el físico: si la cabeza está bien, las piernas responden».
Pero siempre con la tranquilidad que da tener a su costado a un descarregador de confianza como Toni Bosch, hijo del caixer pagès, «un chico joven, alto, fuerte y que es toda una garantía», explicaba Mercadal poco antes de ponerse el be al los hombros para llevarlo hasta el lugar donde se procedió a lavarlo.