El fin de semana ha dejado una intensa actividad portuaria en el puerto de Maó. Por primera vez ha hecho escala en la ciudad el crucero de gran lujo «Sylvia Earle», donde los viajeros recorren distintas partes del mundo para conocer la biodiversidad del planeta. No ha faltado la tradicional ceremonia de intercambio de metopas.
La curiosa forma de su proa tiene su razón de ser: está adaptado para surcar las heladas aguas del Ártico o de la Patagonia, y corta el oleaje para un tránsito más suave que minimiza su impacto ambiental.
También ha fondeado en la costa sur de Menorca y pasado por el puerto de Maó el buque escuela noruego «Statsraad Lehmkuhl», donde se forman los futuros marinos de la Armada Real del país escandinavo. La tripulación dedicó el sábado a tareas de limpieza de la embarcación, pero también tuvieron tiempo para un baño en aguas menorquinas.
Con cerca de cien metros de eslora, la presencia de este velero centenario de tres mástiles no ha pasado desapercibida.
MirtaEs un poco iluso pensar que la riqueza que dejan si llegan mas cruceros se va a repartir de manera ideal. Los mismos de siempre ganaran mucho a cosa de tener gente por debajo ganando lo mínimo.