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De vestir a Lady Di a crear moda única en Menorca: la nueva vida de Mark Watson

Tras décadas en la alta costura, Mark Watson apuesta por un taller personal en Maó y creará una escuela de moda

Su taller es un laboratorio de ideas que le permite dar rienda suelta a su creatividad | Foto: Katerina Pu

| Maó |

De vestir a Lady Di, Jennifer Lopez o Angela Basset a diseñar piezas únicas desde un pequeño taller-tienda en el centro de Maó. El diseñador británico Mark Watson ha dejado atrás casi tres décadas en el engranaje de la moda global para apostar por un proyecto mucho más personal y libre que le permite crear sin reglas, sin temporadas, sin colecciones y sin presiones. Y lo hace desde Menorca, donde se instaló con su marido Jorge en marzo de 2025.

Su pasión por la moda se remonta a su infancia, recuerda que sus abuelas «eran mujeres inglesas con mucho estilo». De hecho, una de ellas le regaló su primera máquina de coser, con la que empezó a confeccionar sus primeras prendas y que aún conserva como su tesoro más preciado.

En mayo abrió junto a su marido un taller-tienda en Maó

Desde muy joven tuvo claro que quería ser diseñador y entró en el Royal College of Art de Londres, donde recuerda que le dejaron vía libre para crear y acabó siendo el primero de su promoción. Su talento precoz le abrió las puertas de la firma Escada, en la cual empezó diseñando vestidos de noche para la línea de alta costura. «Era divertido, muy creativo, pero también intenso», explica. Lady Di también vistió sus prendas diseñadas bajo la marca alemana.

Paralelamente, confeccionaba piezas individuales para grandes celebridades. Trabajó, por ejemplo, con Jennifer López y le hizo su primer vestido de novia. «No hace falta conocer mucho a una persona para saber cómo vestirla», afirma Watson, pero sí que se ha de tener «muy buen ojo y saber analizar fríamente su manera de ser y lo que quiere transmitir».

Alentado por sus abuelas, su pasión por la moda le viene de muy pequeño

Así es como, durante la década de los noventa, su carrera creció exponencialmente. Después de la gran firma alemana, trabajó diez años como editor de tendencias de moda femenina en WGSN, la primera plataforma digital especializada en detectar y anticipar tendencias globales. Allí aprendió a hacer «colecciones desde la investigación, creando moodboards, paletas de color, tejidos…».

Luego llegó el reto de dirigir creativamente la marca Smiley, a la que ayudó a reinventarse y posicionarse como firma contemporánea y global: «Pusimos a Smiley en lo más alto, pero yo ya me sentía atrapado en una rueda».

Ese círculo vicioso al que él hace referencia son las colecciones infinitas –primavera, verano, otoño, invierno–, y el ritmo frenético de una industria que no ofrece el lujo de detenerse: «Todo está construido para que el sistema no se detenga. Yo en ese momento necesitaba urgentemente poner fin a ese ritmo de vida».

En 2014 dio ese pasó atrás que tanto necesitaba y fundó en Londres su propio estudio, S!r Studio. En ese momento empezó a desarrollar su propio lenguaje y lo plasmó en ropa para todas las edades. Él define su estilo como moderno y vibrante, a la vez que inspirado en la historia de la moda y en los elementos visuales y culturales que lo rodean diariamente.   

La pregunta ahora es clara, ¿qué ha llevado a un diseñador de alta costura a instalarse en Menorca?


Inspiración

Responde que en su vertiente profesional para huir del ritmo agitado que vivía en Londres, así como por la sobresaturación de firmas propias e independientes que hay en la ciudad: «Tenía la sensación de no poder crear cosas nuevas, que sorprendieran, esto en Menorca es diferente».

Por otro lado, enfocándose en su vertiente más personal y creativa, la isla le ofreció inspiración y arte aún montado en el avión. Este año visitó por primera vez  Menorca para una boda: «Cuando aterrizamos y vi todo tan verde, me sorprendió. Esperaba algo seco. Pero esto era distinto, natural, más auténtico. Me enamoré».

En marzo, junto a su marido Jorge, se trasladó a Menorca y en mayo habían abierto su taller-tienda en el centro de Maó.

Este espacio, además de ser su punto de venta, es la personalización del diseñador. Con sus creaciones colgando en las ventanas del edificio, en maniquís, es su espacio para investigar, dibujar, coser y confeccionar. Es un laboratorio creativo multicolor que, según dice, aún queda por llenar con muchas de las creaciones que se han quedado en Londres.

Watson se inspira en todo lo que le rodea en Menorca: «Los paisajes, los colores, la historia textil de la isla, la bisutería, los trajes tradicionales…». Su objetivo es claro: crear sin límites, sin imposiciones comerciales y desde el contacto directo con los materiales y las personas que van a llevar sus prendas. De igual manera, le gustaría colaborar con artistas y artesanos menorquines, cosa que afirma que le ayudaría a «conocer aún mejor la esencia de la isla».

También piensa ya en la posibilidad de convertir su taller en una pequeña escuela de diseño de moda durante el invierno. Un espacio abierto a todas las edades donde enseñar desde cero a «cómo mirar, inspirarse, hacer patrones, coser y diseñar desde un objeto o una idea». Una escuela donde, más que en las tendencias, se enfoque en el fomento de la mirada personal: «Un diseñador es alguien que sabe mirar diferente. Me gustaría enseñar eso».

Además, desde que dejó las firmas de primer nivel para crear sus propias piezas, se enfoca más en la reutilización de telas y materiales: «Ahora quiero potenciar la moda sostenible más que nunca.»

Con todo, alejado del ruido de Londres, el diseñador se muestra más motivado que nunca: «No lo echo nada de menos. Aquí podemos crecer, crear, colaborar… Esto es solo el comienzo.» Así que, desde su rincón en Maó, entre telas, luz natural y silencio creativo, Mark Watson no solo cose ropa: confecciona una nueva manera de entender la moda.

5 comentarios

user MG | Hace 6 meses

Blablabla Blablabla

Mes acabat que en naranjito Mes acabat que en naranjito | Hace 6 meses

¿Donde esta?

user Lidia Pons Taltavull | Hace 6 meses

Solo puedo decir una cosa como vecina.... Jorge es una persona vitamina . Su ilusion es la mia , nada me hace mas feliz , que tener unos vecinos con buen rollo y su buena compañia .

user David | Hace 6 meses

Content de tenir gent així a s’illa, que aporten valor afegit

Viriato Viriato | Hace 6 meses

Una vez medio agotado el nombre y la tradicional fama de Ibiza, ahora estos hippies millonarios están aterrizando en nuestra isla, que se ha puesto excesivamente de moda en esta última década, entre tanto famoseo y las malditas redes sociales que todo lo pudren.

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