Bien sé que no es fácil tomar ciertas decisiones. Una "episcopal" y bien intencionada propuesta de acercar personas de Menorca, detenidas o cumpliendo condenas en centros penitenciarios de Mallorca o de la Península, fue recogida por el Ministerio del Interior que, falto de plazas carcelarias no dudó en planificar y construir una cárcel en Mahón.
Normalmente ninguna ciudad quiere cárceles aunque sus ciudadanos bramen por mejorar su seguridad. Postura cínica de nuestra sociedad. Tampoco hubo demasiadas ciudades de la Isla que se presentaran voluntarias para albergar la instalación. No las hubo cuando se trasladó el vertedero a Milà. También hay cinismo entre nosotros. No obstante Mahón como capital, debe absorber ventajas -puerto, aeropuerto, administraciones- y lógicamente alguna desventaja. Bién.
Hasta aquí, todo lógico y normal.
Pero se necesita un terreno público y se decide por una parcela reservada para la Guardia Civil de Tráfico, inmediata lógicamente a la Casa Cuartel de la Carretera de Sant Lluís.
Adelantadas las obras, ahora que el edificio carcelario va tomando cuerpo los ciudadanos de a pie comprobamos que aquello que sobre el plano debía ser una "cercanía" a la Casa Cuartel se presenta como un anexo incrustado. Vamos: rejas a mismo nivel y cercanas a las ventanas y terrazas de las viviendas. Claro ataque a la intimidad de sus habitantes. Herida.
Nos llenamos la boca de alabanzas a la Guardia Civil especialmente cuando refuerzan nuestra seguridad o cuando son víctimas del terrorismo al que combaten desde hace décadas. Pero, sus miembros, por su boca no dirán nada, porque tienen un sentido estricto de la disciplina. Esto obliga mucho más a las autoridades responsables a velar por sus condiciones de vida. Obras son amores, dice un viejo refrán.
Aporto una solución que puede –debe-ser viable. Digo debe porque cuando se quiere, políticamente, se encuentran millones de euros para S'Enclusa, para el camí de Cavalls o para una feria de turismo en Alemania.
Uno. Planifíquese y dótese una nueva Casa Cuartel para la Guardia Civil con terrenos suficientes para su Destacamento de Tráfico y con instalaciones propias de ciudadanos de primera. Si "alguien" quiere, en tres años puede estar terminada.
Dos. Cédase la actual Casa Cuartel a la Dirección General de Prisiones para residencia de sus funcionarios o para dependencias anexas a la cárcel.
Los que respetamos y queremos a la Guardia Civil, creemos exigible este acto de justicia.