Se agradece la osadía de un entrenador cuando es capaz de publicitar sus objetivos sin abrir el paraguas tan propio de este gremio en previsión de que lleguen mal dadas. Así es Juan Romero, que fuera un notable centrocampista de buen manejo de balón, ahora convertido en técnico racional pero inquieto, ambicioso y de nuevos métodos tras haber conseguido la titulación nacional. Está en buenas manos el CD Menorca, tanto en su cúpula regente donde Ángel Río traslada conocimientos, sentido común y experiencia en la gestión, como en sus banquillos estandarte.
La coyuntura de este estrenado 2013 sitúa al veterano club mahonés en el vértice de las mejores expectativas, más allá de que el juvenil sude sangre para conseguir la permanencia en la División de Honor. El equipo Regional es campeón de la Copa y transita todavía invicto por ambos campeonatos. El levante insular está huérfano de categoría nacional senior y el Menorca de Juan Romero asume el reto de completar el vacío existente tras la enajenación del Sporting Mahonés y el descenso del CE Alaior.
Esmerado en el trato a la cantera y ahora en posesión de unas instalaciones modernas y adecuadas, quizás ha llegado el momento de que el Menorca gane protagonismo también entre los grandes.