El fútbol insular está de enhorabuena, discrepancias persistentes al margen entre los clubes y la cúpula federativa dirigente. A partir de la próxima temporada va a triplicar el número de entrenadores con titulación nacional lo que supone un cambio radical, para bien, en el mercado limitado que hasta ahora tenían las entidades para contratar a entrenadores con la titulación requerida. Eran 8 los técnicos aptos y pasarán a ser 25 gracias a la oportunidad que han aprovechado, con enorme sacrificio, los 17 cursillistas.
Se trata, sin duda, de un salto cualitativo para el balompié insular a pesar del mal momento por el que atraviesa con solo dos equipos en categoría nacional que precisan técnicos de este rango. En todo caso cuando lleguen más ascensos a Tercera o a División de Honor juvenil -que llegarán- los clubes dispondrán de un amplio abanico de opciones con lo que ya no se verán obligados a contratar entrenadores foráneos como había sucedido regularmente hasta ahora.
Además, la formación adquirida por estos nuevos entrenadores nacionales puede y debe redundar en el beneficio de los jugadores menorquines si saben trasladar a sus equipos los conocimientos adquiridos en nueve meses largos de estudios y prácticas. No es sencillo cursar y aprobar un programa de estas características equiparable a cualquier grado superior. Es por ello que el fútbol insular va a salir beneficiado en todos los aspectos gracias a la consumación de esta esperada convocatoria ideal para aquellos técnicos con inquietudes que no podían salir de la Isla para realizarla.