Estimados Lectores votantes y valientes aspirantes a políticos,
Se acercan las elecciones y se nos atribuye por derecho una responsabilidad moral máxima, la de elegir mediante votación a varios Líderes políticos que durante cuatro largos años van a ser los encargados de allanar o dificultar los senderos por los que nosotros debemos pasar para gestionar nuestras vidas. Ellos no solamente serán los "apagafuegos" de los conflictos de la ciudadanía, sino que también serán los nuevos diseñadores de ésos trajes con los que vamos a vestirnos a diario para sentirnos seguros de quienes somos y de adonde vamos. Serán los arquitectos de nuevas realidades, realidades estudiadas por sus mentes, responsables directos de ofrecer o no nuevos recursos y oportunidades. Serán quienes velarán por "sus" y nuestros intereses. Serán sin duda, esos genios de la lámpara mágica que facilitarán o no a las personas, esos deseos de poder vivir tranquilos, motivados y en paz.
Serán líderes, no sólo de cientos de técnicos que trabajan para ellos en las llamadas Administraciones Públicas para llevar a cabo sus ideas, sino líderes de nuestras vidas, de nuestras ilusiones y de nuestros objetivos. Ellos serán la máxima autoridad, los que se atribuyan los éxitos y los fracasos de sus actuaciones. Ellos, serán los elevados jerárquicamente por la ciudadanía, con una función vital: La Gestión Humana.
Por lo que queridos Lectores, estarán de acuerdo conmigo, que así como cuando vamos a la compra sabemos qué manzanas debemos escoger para hacer el mejor de los postres a nuestros hijos o a nuestros nietos, también debemos sentirnos en la obligación de saber elegir al mejor de los referentes, para que nosotros y también ellos, tengan el mejor de los futuros. Para ello, es importante saber cuál debe ser el criterio de elección, y aunque en lo referente a política toda opinión es experta y probablemente la mía no llegue ni a eso, en lo que a perfiles de liderazgo se refiere, quizá este artículo, pueda aportarles algo.
El liderazgo es una nominación que deviene del verbo "liderar" y aunque haya abundante literatura al respecto, todavía no existe una receta única que logre explicar el éxito de su aplicación. Sin embargo hay ciertos ingredientes que son imprescindibles para llevar a cabo esta fórmula. Se los resumo.
El primero de ellos, reside en la Motivación. Es decir, ¿hasta qué punto el elegido es capaz de asumir las responsabilidades y consecuencias que implica ser Líder? El segundo consiste en tener una idea bien definida de los Objetivos que se quieran llevar a cabo, tarea complicada donde las haya, lo que va de la mano con el tercer elemento, la información. Sin ella, el mundo se hace pequeño. La información es Poder, es el punto de partida, son las gafas con las que el Líder verá su campo de actuación, y para tenerlo claro, éste debe abandonar su perspectiva para estudiar otras opuestas a la suya, en aras de obtener una visión global y objetiva del campo de juego. El cuarto ingrediente fundamental, es la Credibilidad. Un Líder debe ser creíble, y para ello debe promover la imagen de Experto en materia, por lo que debe estar formado, actualizado y a la última en cambios y acontecimientos. Debe conocer la historia de las personas y respetarla para poder cambiarla. Finalmente y como guinda del pastel, el último y más importante ingrediente: el Reconocimiento. El Líder debe saber interrelacionarse con sus colaboradores, escuchándolos activamente, comprendiéndolos y dotándolos de confianza para realizar sus funciones. El Líder, sin duda, debe saber gestionar los conflictos, enfrentándose a ellos con humildad y empatía, resolviéndolos finalmente con el logro de haber hecho crecer y mejorar a los suyos, mediante el conocimiento de la estrategia de la negociación.
Yo les aconsejaría que objetivamente tuvieran en cuenta el perfil de Líder y quiénes de los valientes que se presentarán para asumir dicho cargo cumplen con las exigencias motivacionales, morales, experienciales y formativas para ser verdaderos gestores humanos.
Para tenerlo claro, les invito a que reflexionen lo siguiente: ¿Dejarían en manos de un conductor de autobús la dirección de los cirujanos que deben hacerle una operación quirúrgica de urgencia? ¿Permitirían que en la construcción de su casa estuviera al mando un Licenciado en Medicina? ¿Se sentirían seguros si un Psicólogo tuviera que explicar a los expertos en materia cómo apagar un fuego en sus viviendas? y si así fuera, ¿no preferirían a uno que llevara 30 años en el sector, estudiando cómo hacerlo?
Reflexionen libremente amigos, porque si de algo disponemos plenamente en esta Democracia, es de libre pensamiento. Dejen sus vidas en buenas manos, aboguen por Líderes completos, que los hay. Líderes auténticos, que les aporten confianza. Expertos gestores humanos, formados, con experiencia y carisma, dotados de habilidades sociales básicas y avanzadas, personas con valores dispuestas a entenderlos y a respetar su historia, su dignidad, su vida o lo que queda de ella.