Mi amigo E. preocupado por la limpieza de nuestra ciudad, Mahón, me comentaba en plan irónico, que en cualquier ciudad de algún País del norte de Europa, como Suecia, Finlandia, Dinamarca, Noruega, este último lo he visitado recientemente, el trabajo mío de mochilero sería verdaderamente poco relevante, ya que sus habitantes han sido educados desde su infancia, para que sus ciudades las tienen que mantener limpias, no tirando papeles, colillas, chiclets, cajetillas de tabaco en las vías públicas, no ensuciar las paredes con pintadas, recoger las cacas de sus perros cuando el pobre animal tiene ganas de evacuar, o sea, cagar en la vía pública.
La otra cara de la moneda la vimos en la reciente visita a Extremadura, visitando varios pueblos; pudimos comprobar que la limpieza de sus calles brillaba por su ausencia, fachadas con un aspecto deplorable, viejos enseres abandonados en la vía pública, etcétera. Mi amigo T. irónicamente me comentó que mi trabajo de mochilero, en el caso de vivir en uno de estos pueblos, sería agotador, se me acumularía la faena y que no podría ni descansar en día de Navidad.
Las dos caras distintas de la moneda, o sea, limpieza o suciedad, dependen de la educación y cultura de la ciudadanía en general.
Cambio de tercio. Estos días he tenido varias peticiones de excursiones mochileras, concretamente por personas residentes en la zona de la calle Miguel de Veri; hay un local comercial cerrado desde hace tiempo, que se ha convertido en un estercolero provocado por unos mal educados e incívicos ciudadanos que abandonan todo tipo de basura y viejos enseres, a pesar de tener unos contenedores a cien metros en la calle Vassallo y no usar el servicio de recogida municipal de trastos; en el interior de las papeleras, depositan botellas con líquidos, que al romperse ensucian la acera; bocas de agua sin cubierta de protección; caminando por la acera casi me abro la cabeza, una puerta de garaje que cuando está abierta sobre sale sobre dicha acera, menos mal que es de madera en vez de hierro. Recomiendo a la propiedad solucionen este problema, ya que es peligroso para los peatones y puede provocar algún accidente. En la esquina Miguel de Veri-Vassallo la guinda al pastel, imagen patética de un viejo sofá abandonado enfrente de la oficina de «La Caixa».
Una ciudadana me comentó que en la calle Obispo Goñalons, hay una vieja bicicleta, o lo que queda de ella, encadenada a una farola, cosa que ha denunciado Dalt la Sala y allí sigue perenne como el talaiot de Trepucó…Vatuadell cent llamps, cizalla al canto a cortar la cadenita y al carajo los restos de la herramienta de trabajo de nuestro viejo campeón Federico Martin Bahamontes, apodado el "Aguila de Toledo".
"Al Cesar lo que es del Cesar…" Mis felicitaciones a la Presidenta del Consell Insular, por haber conseguido que los lodos tóxicos de Ferreries no los enterremos en un sarcófago, ya que serán exportados fuera de la Isla, para ser tratados adecuadamente en una planta especializada.