No hace mucho («Es Diari» 16-06-2023) hablamos del cáncer de próstata (CP) y de qué manera se puede detectar sin generar daños innecesarios del tipo sobrediagnóstico o sobretratamiento y con ello efectos secundarios graves. Hablamos del antígeno específico prostático (PSA), un marcador bioquímico que solicitamos los médicos para conocer la evolución de esta enfermedad una vez tratada, pero que se utiliza muchas veces de forma no siempre apropiada para diagnosticarlo. Y digo no apropiada, pues sin que existan otros elementos que nos hagan sospecharlo.
Y es que CP es el más común de los cánceres entre los varones (restando los de la piel), supone la tercera causa de muerte por cáncer en Europa y en ciertos países como Reino Unido (UK) llega a alcanzar el segundo puesto como causa de muerte oncológica en los varones. En este último país la tasa de muerte por esta patología llegan al 12,4/100 000, muy superior a EEUU con 8,2, Francia 8,4, o España con 7,3 (casi la mitad) o Italia 5,9, la que menos.
Comentamos como de alguna manera deberíamos detectar el CP antes de que los síntomas aparezcan pues por lo general esta patología no se nota, no da excesivas molestias, o son muy leves al inicio y cuando nos percatamos de éste ya está extendido y su pronóstico no es nada halagüeño.
EL CRIBADO MEDIANTE EL PSA en los varones adultos ya hace años con el estudio europeo «The European Randomised Screening study for Prostate Cancer» h(2019) demostró en individuos con PSA superior a 3 ng/ml o un tacto rectal digital (TRD) anómalo que se reducía la mortalidad en un 20% durante los 16 años que duró el estudio, pero a costa de un incremento importante de sobrediagnóstico a partir de biopsias que detectaron tumores de poco riesgo de que fueron tratados con cirugía y radioterapia.
Otro gran estudio, sin embargo, y realizado en UK, el «Cluster Randomised Trial of PSA testing for Prostate cancer (CAP)» (2022) en 400.000 varones durante 10 años utilizando únicamente el test del PSA encontró unas tasas de mortalidad específica por CP semejantes entre los cribados mediante PSA y los que no y un aumento de la cantidad de varones diagnosticados de CP de bajo riesgo como el anterior estudio.
Por ello el cribado sistemático mediante PSA de este cáncer, ya comentamos, no esta generalizado y se podría recomendar como indica la US Preventive Services Task Force americana solo en varones entre 55-69 años tras valorar el paciente los riesgos y beneficios de su detección.
Dentro de los elementos que indicarían la pertinencia de practicar el PSA estaría la clínica sugestiva de esta patología (que hemos comentado es muy leve) y la prueba del TRD al efecto.
En dicho artículo comentamos como recientemente a instancias de diversos organismos, la American Society of Clinical Oncology, la Science Advice for Policy de la European Academies o incluso el Consejo de la Unión Europea recientemente , se aconsejaba utilizar la Resonancia Magnética Nuclear (RMN) de alta sensibilidad como técnica para su detección y previa a platearse realizar la biopsia.
Sin embargo faltaban datos que avalaran estas recomendaciones.
El estudio ReIMAGINE (Moore CM et al (BMJ Oncology 2023) recientemente publicado viene de alguna manera a añadir elementos a su favor. Sería el primer estudio que daría datos sobre el particular.
En este se analizó en una población británica seleccionada por su edad (50-75 años) la prevalencia del CP mediante la RMN pero independientemente de los valores de PSA.
La población fue captada por su médico general, y a partir de este los hombres fueron aleatorizados a someterse a un cribado mediante RMN y PSA.
A los varones con una RMN positiva o una PSA elevada se les remitió para realizar una evaluación de despistaje del CP por el National Health Service (NHS).
De 8 consultas médicas de Atención Primaria (AP) se invitó a 2.096 hombres a participar pero solo 457 (22%) respondieron y 303 completaron las pruebas.
De éstos, uno de cada seis (48/303, 16%) tuvo una RMN positiva a CP y uno de cada 20 (16/303, 5%) tuvo la PSA elevada.
Tras el despistaje del CP por el NHS, 29 varones (9,6%) fueron diagnosticados de CP clínicamente significativa.
Tras el análisis de los datos se destacó que dos de cada tres varones con la RMN positiva y más de la mitad de los participantes con un CP clínicamente significativa tenía una PSA inferior a 3 ng/ml (o sea normal) lo que da que pensar. Lo que nos lleva a plantearnos: ¿nos fiamos completamente de la PSA para diagnosticar el CP?; lo que nos retrotrae al inicio de este artículo.
Observaron que en una población con PSA alto y/o TRD anormal la mitad de los CP detectados por RMN no se habían detectado por la biopsia, algo que también sorprende. Y que las lesiones encontradas por RMN se correlacionaban positivamente con el volumen y grado histológico del cáncer.
Podríamos concluir que el PSA, como recomendó en el 1986 la US Food and Drug Administration (FDA) solo lo debemos utilizar para el control de la progresión del CP una vez diagnosticado pero no para el diagnóstico como única prueba. Y que la RMN podría utilizarse para el cribado del CP según la edad e independientemente del PSA, pues existirían tumores con PSA dentro parámetros normales como este estudio demuestra.
Todas estas evidencias pueden hacer cambiar nuestros criterios de cribado de esta patología a partir de ahora y reforzarían las recomendaciones de dichos organismos de utilizar la RMN en el diagnóstico de esta patología.