El patronato de la Fundació Rubió i Tudurí Andrómaco acordó, en junio de 2016, bajo la presidencia de Albert Moragues, alquilar el lloc Mongofra Nou a Dimitri Sturdza. Aquella decisión prosperó con diez votos a favor y el único voto en contra de Mercè Rubió Boada, hija del mecenas.
Menorca descubrió, entonces a Sturdza, que fue definido como «hombre de negocios, de nacionalidad francesa y rumana, que dirige la sociedad Culture». El acuerdo consistió en un contrato de alquiler con una duración de treinta años, prorrogables a otros treinta. La entidad creada por el doctor Rubió tenía que ingresar 120.000 euros anuales.
El contrato prevé diferentes usos, entre ellos el turístico, la hostelería y la restauración; así como las actividades agrícolas, ganaderas y socioculturales, y la promoción de la cultura y el arte. Son los objetos sociales de la mercantil Mongofre World Heritage, creada por Sturdza para suscribir el acuerdo con la fundación.
Lo último que deseaban los integrantes del patronato de la Fundació Rubió era un nuevo pleito, pero han acudido al Juzgado de Primera Instancia número 2 de Maó para demandar al empresario franco-rumano por el incumplimiento reiterado del contrato firmado en junio de 2016.
Los ocho patronos son Hipólito Mercadal, presidente; Inma Granell, vicepresidenta; Joan Ferrà, tesorero; Cristina Vidal, secretaria; y vocales, Mercè Rubió, Jesús Flórez, José A. Fayas y Francisco Llull. Todos ellos han dado un impulso decisivo a la entidad de mecenazgo que fundó en 1987 el médico y farmacéutico a la que dio su nombre.
Estos ocho patronos, que proceden de distintos ámbitos y sectores de la sociedad y la economía de Menorca, han trabajado de forma coordinada, sin escatimar esfuerzos y horas de dedicación, para cumplir los objetivos con que fue creada la Fundació Rubió. Han organizado actividades culturales, presentaciones de libros, coloquios y mesas redondas, concedido becas de investigación a estudiantes menorquines y también mantienen abierta la Biblioteca Rubió.
Desencuentro
Pero quien no ha cumplido ha sido Dimitri Sturdza, que se ha convertido en un muy mal negocio para la fundación.
Este desencuentro no es plato de buen gusto para los patronos que hubieran preferido una salida pactada, pero ante la negativa del socio y administrador único de la sociedad limitada Mongofre World Heritage, han emprendido la vía judicial. La insatisfacción del patronato viene de lejos, porque en junio de 2022 ya acordó iniciar acciones para recuperar la gestión de Mongofra Nou y evitar su deterioro.
Sturdza no ha atendido los reiterados requerimientos de los patronos y ha optado por encastillarse en la emblemática finca, situada junto al puerto de Addaia, que constituye el principal activo de la fundación menorquina. Se ha llegado a una situación insostenible y era el momento de actuar.
5 millones de euros
La realidad es tozuda, y el inquilino de Mongofra Nou no ha llevado a cabo los proyectos e inversiones que anunció al firmar el alquiler, como la creación de un agroturismo -que se empezó a gestionar en 2010- y una residencia para artistas.
Uno de los principales incumplimientos que sustenta la demanda contra el empresario de doble nacionalidad consiste en la inversión de cinco millones de euros para el mantenimiento, adecuación y mejora de las instalaciones de la finca donde vivió el doctor Rubió; la construcción de nuevos espacios y la ampliación de las actuales dependencias.
Pacta sunt servanda, invoca el patronato al reclamar en sede judicial la ejecución de lo pactado. Atrás quedan las hermosas palabras y compromisos contraídos en junio de 2016, que nos recuerda hoy la hemeroteca: «Sturdza garantiza su apuesta por la agricultura sostenible y la gastronomía y los productos locales», «los espacios y eventos de arte serán de distintas disciplinas, desde pintura y escultura a música y danza», «su proyecto para esta finca de Maó servirá para promocionar Menorca más allá de la playa, para desestacionalizar y completar su oferta turística con cultura y arte al más alto nivel».
Más de seis años después, se ha difuminado la figura de aquel promotor, que creó en Rumanía la Fundatie Sturdza Pentru Romania, se comprometió a «una inversión mínima de cinco millones de euros en la Fundació Rubió» porque «buscaba el sitio para «construir algo con identidad muy específica» y respetando el medio ambiente.
Rescisión
Sturdza es consciente de que sus incumplimientos le llevan a la rescisión del contrato. Es lo mejor para todos. La gestión de Mongofra estará mejor en manos de los patronos.
Generico
Preguntas de la semana
- ¿Llegará algún día el millón de euros que prometió aportar el exministro de Cultura Miquel Iceta para la Menorca Talayótica?
- ¿Aceptará Dimitri Sturdza la rescisión del contrato que ha incumplido con la Fundació Rubió para Mongofra Nou?
- ¿Prosperará la petición de la consellera Maite de Medrano para doblar su sueldo y cobrar 60.549 euros anuales?
- ¿Cuándo se pondrá en marcha el programa Alter en Maó para evitar el abandono escolar de alumnos de 14-16 años?
- ¿Se pronunciarán PSOE, Més y Gent per Ciutadella sobre el proyecto del Govern para construir 160 viviendas sociales?