La propuesta para incluir a los equipos de las categorías inferiores de todas las disciplinas deportivas en la Ley de Emprendedores, como pretende el Gobierno, ha generado una ola de protestas ante una medida se interpreta como la imposición de unas exigencias fiscales y laborales inasumibles por los clubes. Pero el deporte base se sustenta sobre grandes dosis de altruismo, lo que no puede justificar el actual descontrol.Ç
Tanto el Consell insular como el Govern balear han propugnado figuras contractuales y fiscales específicas para los clubes modestos, que no son gestionados con criterios de profesionalidad, pero tampoco pueden quedar exentos de un tratamiento económico con la correspondiente tributación.
Lo que no tiene sentido es que el Gobierno proponga una norma general cuando está justificado un trato específico para los pequeños clubes. En Balears, gobierno y oposición han hecho frente común, apoyan a la federación balear y coinciden en reclamar este tratamiento diferenciado. La transparencia que debe imperar en todos los ámbitos de la sociedad no puede excluir al deporte, pero sin imponer controles que impidan su actividad.