Las cifras de La Moncloa confirman, una vez más, la situación de desventaja que padece Balears. En 2012 el Gobierno central recaudó aquí 1.330 millones que invirtió en la península, de manera que las islas somos la segunda comunidad con mayor déficit per cápita: 1.192 euros por habitante. Detrás se sitúan Catalunya y la Comunitat Valenciana, que registran déficit. El resto, excepto Madrid, reciben del Estado más de lo que dan.
A pesar de que somos un archipiélago, en clara situación de desventaja, nuestro dinero se va en lo que constituye un agravio repetido desde hace años.
Oficialmente la comunidad más solidaria es Madrid, con un déficit superior a los 19.000 millones, pero es una cifra engañosa porque la gran mayoría de las grandes empresas que operan en España tributan en la capital, lo que incrementa los números de Madrid de forma irreal. Es Balears y no la comunidad capitalina la sacrificada. Ante esta situación, la sociedad balear y sus representantes políticos deben exigir con contundencia una mejor financiación.
Es preciso acabar con el tópico del «goce de la insularidad». La riqueza generada aquí es fruto del esfuerzo y el trabajo, no de las ventajas de ser capital.