El acuerdo verbal alcanzado ayer entre la ministra García Tejerina y el conseller balear Vicenç Vidal ha de permitir poner en marcha la desaladora de Ciutadella, cuyas obras finalizaron en mayo de 2011, tras seis años de obras. Nunca se ha utilizado.
La solución no parecía tan complicada y sin embargo ha tardado un tiempo excesivo, lo que ha obligado a Acciona, como concesionaria a renunciar a su gestión. Finalmente, el Govern asumirá la infraestructura y deberá invertir cuatro millones de euros para conectarla con la red de suministro de Ciutadella. Por otra parte, el Gobierno central asegura que dispone de partida para afrontar el pago de los 16 millones que reclama la concesionaria.
El paso que se ha dado para desatascar el proyecto de desaladora es un avance importante, aunque no quedan todas las cuestiones resueltas. El precio del agua desalada que se aplicará a los usuarios es una de las incógnitas, a pesar de los compromisos políticos.
Por otra parte, el acuerdo «histórico» de mayo de 2012 entre José Ramón Bauzá con el entonces ministro Arias Cañete para llevar el agua desde Ciutadella hasta Es Castell, no ha dado resultados conocidos.