La gran mayoría de las experiencias en turismo cultural que se han desarrollado en Menorca en los últimos años provocan un nivel muy alto de satisfacción entre las personas que han participado en ellas. Esta valoración positiva responde principalmente al gran valor de lo que la Isla ofrece. El último ejemplo es el grupo Fortress Study, con 31 británicos apasionados por la historia militar y que han decidido, por ejemplo, pasar más días en Menorca que en Mallorca para conocer este patrimonio histórico. No hace falta insistir en las oportunidades que ofrece la cultura talayótica y los escenarios del siglo XVIII.
Hay que valorar las iniciativas que se han puesto en marcha en los últimos años. El recorrido de La Mola, la visita a los restos del castillo de Sant Felipe, las posibilidades del Lazareto, la apertura de las casas señoriales de Ciutadella, las excavaciones arqueológicas. En conjunto ofrecen experiencias que muchos turistas sin duda han de valorar.
Conviene prestar especial atención al turismo cultural. Ha de ser una de las estrategias para dar valor a Menorca como destino. Mucha gente de Balears considera que nuestra Isla goza de una envidiable vitalidad cultural, ha sabido cuidar sus tradiciones y su patrimonio histórico y natural. La imagen que ya tenemos en el ámbito más próximo debería ser promocionada en los mercados turísticos. Menorca es también la Isla de la Cultura.