El anteproyecto de Ley del Suelo de Balears que ayer presentó el conseller Marc Pons se marca como prioridad actuar contra el urbanismo ilegal, especialmente en suelo rústico, y evitar los 'pelotazos' fruto de sospechosas recalificaciones. El urbanismo se ha convertido, en Balears, en un campo abonado a las ilegalidades, muchas de las cuales se consolidan con impunidad por la ineficacia de las administraciones. El texto legislativo que ha redactado el Govern del Pacte inicia ahora su tramitación en el Parlament.
Cabe esperar que en esta ocasión no se repita lo ocurrido en el segundo Govern del Pacte, presidido por Francesc Antich (2007-11), cuando no prosperó un prolijo anteproyecto de Ley del Suelo de 700 páginas.
La ejemplaridad es imprescindible para acabar con comportamientos que generan agravios respecto a los ciudadanos que cumplen las normas. También se debe garantizar la seguridad jurídica e impedir que esta ley complique y dificulte los trámites administrativos. En función de la redacción definitiva de esta ley sabremos si es eficaz y si Balears queda protegida de la codicia urbanística. Hoy nos hallamos ante una declaración de intenciones.