El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, y su familia se han alojado como invitados en la embajada de España en Ecuador con todos los gastos pagados haciendo uso, incluso de vehículos oficiales, a pesar de tratarse de una visita privada, tal como ha reconocido el Ministerio. Un caso de inaceptable confusión entre lo público y lo privado, que contradice los criterios en materia de austeridad del presidente Rajoy.
No salva ni disculpa este comportamiento el argumento de la seguridad para justificar el alojamiento en la Cancillería española, porque las dependencias de la Embajada no están destinadas a estos menesteres. Si Ecuador no es un país seguro, lo razonable es no visitarlo y seguir las recomendaciones que difunde el mismo Ministerio. Porque ningún integrante del Gobierno puede prolongar sus privilegios de ministro a costa del erario público más allá de lo imprescindible y razonable, a pesar de que Alfonso Dastis haya pagado de su bolsillo los billetes de avión.
La actitud del ministro daña la credibilidad del Ejecutivo en cuanto a la rectificación de actuaciones del pasado, reprobadas por los ciudadanos. Debe asumir responsabilidades.