El partido que encabeza Albert Rivera diseña una estrategia con la que afrontar las elecciones autonómicas, municipales y europeas que se celebrarán en mayo del 2019; y unas generales que pueden convocarse en cualquier momento a partir del próximo año. Ciudadanos está articulando un discurso regeneracionista y contra los nacionalismos periféricos con la intención de hacerse con una parte de los votos del Partido Popular, hoy en una coyuntura compleja tras perder el Gobierno, la marcha de Rajoy y el proceso para decidir el nuevo liderazgo y abrir una nueva etapa.
Rivera quiere erigirse en líder del centro-derecha español y para ello utiliza mensajes sencillos, tanto en el rechazo a la corrupción como a los soberanismos. Su objetivo es unir a las clases medias constitucionalistas, aún corriendo el riesgo de que sus objetivos puedan crear crispación en los gobiernos catalán y vasco. Si Rivera escora su partido demasiado hacia la derecha, dejará a numerosos votantes de centro en manos del PP y también del PSOE. El electorado rechaza las estridencias y valora las posiciones centristas y posibilistas. Todo el escenario político está hoy abierto y en fase de redefinición.