Los datos sobre la violencia contra las mujeres durante el tercer trimestre del año vuelven a situar a Balears a la cabeza de España, incluso con un preocupante repunte. A pesar del impacto de la temporada turística, la violencia machista es un comportamiento con episodios constantes. La conciencia social que se está implantando resulta insuficiente para acorralar y evitar estos hechos, que determinados grupos políticos pretenden minimizar.
La cuestión central no consiste en que Balears tenga el triste honor de liderar las tasas de violencia de género contra las mujeres, sino que todavía hay hombres que consideran legítimo o justificable estas inaceptables agresiones que precisan numerosos medios y recursos para perseguirlas y neutralizarlas. El goteo de víctimas mortales y denuncias en nuestro país figura entre las principales inquietudes sociales. No se puede dar ni un paso atrás ante quienes ejercen la violencia machista que ya se aborda en las aulas, una actuación imprescindible para revertir la expansión de esta lacra. La educación en igualdad ha de lograr la erradicación del machismo en la sociedad española con la imprescindible equiparación entre hombres y mujeres, desde la igualdad y sin violencia.