La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) advierte que, para el 2021, no está garantizada la sostenibilidad financiera de la Comunitat Autónoma y alerta de «riesgo grave» en las finanzas del Govern. Las previsiones que aporta este organismo de control fiscal son demoledoras y extremadamente preocupantes para Balears por la caída de ingresos tributarios, consecuencia de la paralización de la economía de las Islas, primero por el confinamiento y ahora por el abrupto final de la temporada turística. Lo cierto es que, por la covid, el PIB de Balears se ha desplomado más de un 30 % en tasa interanual con una contracción que introduce la economía de las Islas en la depresión.
Ya no se trata de recordar que Balears es una comunidad mal financiada; que el Régimen Especial aprobado por el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos en febrero de 2019 aún no se ha desarrollado, y que la tesorería autonómica de estas Islas se halla al borde de la quiebra. Balears no necesita buenas palabras y visitas de cortesía, sino recursos financieros y compromisos explícitos, a lo que se negó Pedro Sánchez tras el despacho que mantuvo con Felipe VI en Marivent el pasado miércoles. El Govern Armengol debe plantar cara y exigir con contundencia Gobierno central. El Gobierno de España debe entender que Balears, después de tantos años aportando al Estado, le corresponde ahora recibir todos los recursos que necesita.