El anuncio, efectuado por el premier Boris Johnson, de la reanudación de los vuelos internacionales en Gran Bretaña a partir del 17 de mayo ha disparado las reservas de vuelos a Balears y Canarias. Aunque, en términos absoluto, son cifras simbólicas, confirma el atractivo de los dos archipiélagos como destino turístico en la próxima etapa poscovid, marcada por el brexit.
Aun cuando persisten muchas incertidumbres, todo apunta a que este año habrá temporada, sin que sepamos cuándo empezará y con qué condiciones. En las próximas semanas se materializarán lo que ahora son meros anuncios. La caída de los contagios en Balears constituye una tentación para levantar cuanto antes las restricciones, aunque supone un alto riesgo para el verano. Sería una torpeza que las Islas fueran asociadas a un destino de riesgo. Es preciso implicar a todos en una temporada turística atípica, pero segura. En este contexto hay que valorar la alerta de la Asociación Hotelera de Menorca al reclamar una «estrategia para la reactivación turística, que sea diferenciada para la Isla». Corresponde al Consell responder a esta acertada petición y concretar la estrategia con los empresarios.