La tasa interanual del Indice de Precios de Consumo (IPC) de abril, publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística, alcanza ya el 2,2 por ciento debido, en gran medida, al aumento de los precios de la electricidad y los combustibles. Desde el año 2018 no se había producido un repunte tan alto del IPC. Este aumento de la inflación se produce cuando España está inmersa en una grave crisis por la pandemia del coronavirus; encabeza las tasas de desempleo en la Unión Europea y los incrementos salariales están congelados. Los sindicatos han aceptado aplazar la renovación de los convenios de hostelería y comercio por la catastrófica situación en la que se encuentran la mayoría de las empresas estos sectores, claves para la economía de Menorca.
Todo ello provoca una pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, pero lo más preocupante es la impresión de que se trata de una dinámica sostenida y que la reactivación económica implicará una subida de los precios que castigará más a las clases medias.
Es preciso aprobar medidas con el objetivo de parar esta preocupante tendencia inflacionista en un escenario económico todavía muy incierto.