El mercado inmobiliario en Menorca sigue evolucionando al alza y agrava el acceso a la vivienda. Los precios de partida son cada vez más inasumibles por la reducción de la oferta de suelo urbanizable, encarecimiento de los materiales, exigencias cada vez más severas de las entidades financieras para la concesión de créditos, las normas fiscales y la presión de los inversores extranjeros. Todo ello condiciona la compra de viviendas, en la que sólo crece la oferta de lujo. Es un problema que lleva camino de cronificarse. Las iniciativas de las administraciones, con la política de vivienda en manos del Ibavi en Balears, no dan respuesta a una demanda cada vez mayor y más urgente. El escenario adverso no se limita circunscribe a la compra, porque los precios de los alquileres también están en unos niveles inalcanzables para los salarios medios.
En una coyuntura como la actual se hace imprescindible adoptar medidas que, sin violentar las leyes del libre mercado, den respuestas eficaces e inmediatas. Es preciso crear un punto de encuentro entre el Govern, los consells, los ayuntamientos –responsables de la planificación urbanística de sus municipios– y los promotores para revertir esta dinámica. Las políticas actuales no afrontan ni solucionan el que se ha convertido en uno de los principales problemas para muchos menorquines.