El laberinto de la Administración, con varias instituciones concurrentes, está retrasando la puesta en marcha de parques solares en Menorca que, en conjunto suman casi 30 megavatios de potencia, más del triple de la actualmente instalada. Las empresas que han apostado por la producción renovable en la isla balear declarada Reserva de Biosfera por la Unesco y han realizado cuantiosas inversiones siguen a la espera de los permisos administrativos para conectarse a la red de distribución y empezar a aportar energía limpia al sistema eléctrico de Menorca.
Todo se demora porque las instalaciones ya terminadas carecen de estas autorizaciones oficiales. Aquí se cruzan y entrecruzan Red Eléctrica de España, la compañía que se negó a indemnizar a los menorquines tras el gran apagón de octubre de 2018, y el Govern a través de la dirección general de Energía y Cambio Climático. Las ayudas públicas corren el riesgo de perderse si los promotores no cumplen los plazos marcados. En el caso del parque Agrisolar, una aportación de 2,7 millones de euros. Una vez más hay que exigir más eficacia y diligencia a las administraciones, que retrasan su gestión y perjudican a los emprendedores.