P or primera vez en la historia electoral de Catalunya el PSC-PSOE ha ganado, en votos y escaños, unos comicios autonómicos. Los resultados del domingo abren un nuevo escenario y un cambio de ciclo con la victoria de los socialistas, que con un imperturbable Salvador Illa consiguen nueve escaños más, y provocan el hundimiento del bloque independentista. Una derrota que se cobró ayer a su primera víctima: el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, tiró ayer la toalla y no tomará posesión en el Parlament. Destaca el crecimiento de las formaciones de derecha, sobre todo el PP, que ha pasado de tres a quince escaños.
Todas las opciones para formar gobierno pasan por Salvador Illa que puede pactar con Junts. También puede conseguirlo con ERC y Comuns. Pero Carles Puigdemont, que aspira a ser el próximo presidente de la Generalitat, se presentará a la investidura. El PSC, que rechaza investir a Puigdemont y censura sus amenazas sobre el Gobierno de Pedro Sánchez, recuerda que apoyó al Ejecutivo de Aragonés y reclama reciprocidad a ERC. Estas elecciones marcan el final de la vía rupturista del Procés. Es el momento de apaciguar el conflicto catalán, iniciar un periodo de estabilidad y normalizar las relaciones de Catalunya con España. Nada está escrito, porque si Salvador Illa no consigue formar gobierno, se abrirá la puerta de la repetición de las elecciones.