Durante estos últimos cinco años Balears ha sufrido una pérdida constante de enfermeras. Cada ejercicio, hay más bajas que altas; 346 menos desde 2020. Unas cifras que repercuten en la atención a los pacientes. En paralelo ha aumentado el número de médicos inscritos en las Islas: 691 más en tres años, lo que habla bien del esfuerzo del IB-Salut para captar y mantener en Balears a estos profesionales. El archipiélago no es un destino atractivo para personal de alta cualificación formada en la Península. El alto coste de vida y los problemas de la insularidad son un obstáculo, lo que no es exclusivo en la sanidad. Al mismo tiempo, el número de jubilaciones crece y se mantendrá muy alto en las próximas dos décadas. Eso ocurre en Balears y en buena parte de la Unión Europea y provoca una competencia, a veces feroz, entre territorios. El agravante en las Islas es que se registra un crecimiento constante de población. Un cóctel de jubilaciones, alto precio de la vivienda y de la vida, y aumento de población que provoca una situación difícil. Un problema que debe ser combatido mediante una actuación conjunta pública y privada. Y con medidas a largo plazo para ofrecer estabilidad, condiciones laborales y una perspectiva de vida. Es decir, ser atractivos para que la población de Balears tenga garantizada la atención sanitaria.
Medidas para frenar la pérdida constante de enfermeras en Balears
Editorial | Menorca |