Un año después de la gran tormenta que arrasó el centro de Menorca, aquella traumática experiencia, con importantes daños materiales y pérdidas, también ha tenido su efecto positivo. Ha puesto en guardia las administraciones, que han trabajado en la mejora de los sistemas de coordinación y comunicación, también han avanzado las labores preventivas y han planificado cómo actuar cuándo el peligro ya es inminente. En este escenario es preciso subrayar que es imprescindible la conciencia ciudadana y la necesidad de estar preparados. «Vivimos en un territorio con un riesgo de inundación cada vez más recurrente. Tenemos que aprender a convivir con ello», advierte el director general de Emergencias del Govern, Pablo Gárriz.
El alcalde de Es Mercadal, Joan Palliser, añade que «ahora existe la consciencia del peligro que hay», mientras que el alcalde de Alaior, José Luis Benejam, afirma que «estamos más preparados, hay más consciencia social de que hay que hacer caso a los avisos y alertas, más sensibilidad». En guardia y conscientes de que la naturaleza puede volver a desbordarse. Preparación, coordinación y previsión son los elementos necesarias.