La huelga de los médicos de la sanidad pública en contra del Estatuto Marco, tal como lo plantea el Ministerio, ha tenido un amplio seguimiento, una muestra de que el malestar es general por parte de este colectivo. Se quejan de que las mejoras que se habían acordado e incluso aplicado en junio, relativas a jornadas laborales más razonables y guardias voluntarias, por ejemplo se han eliminado en el último borrador.
Pese a los servicios mínimos, que los convocantes consideran exagerados, la huelga que se inició el martes ha tenido efectos lógicos sobre la actividad asistencial que han perjudicado a numerosos pacientes. En el conjunto de las Islas, y solo el primer día de huelga, se anularon 72 cirugías, 1.662 consultas hospitalarias, 207 pruebas radiológicas, 79 diagnósticas y 2.849 consultas de Atención Primaria. Sin cuestionar el derecho a la huelga de cualquier colectivo profesional, es evidente que en la sanidad los efectos son más sensibles. Por eso convendría evitar estas convocatorias con algún tipo de consenso previo y reducirlas en el tiempo. Al final, las consecuencias de la huelga se suman a la percepción de que la sanidad pública sufre una continuada pérdida de calidad asistencial.