La entrevista publicada en el diario Menorca a la delegada en esta isla del Colegio Oficial de Guías Turísticos de las Islas Baleares ha puesto nuevamente sobre la mesa un problema que se repite cada año: el del intrusismo laboral en ese sector.
Varias han sido las opiniones expresadas en estas mismas páginas, y a ellas añado las mías, involucrado como estoy en el affaire, al ser guía oficial desde hace más de 35 años.
Causa sorpresa ver como personas que trabajan como guías, pese a carecer de titulación, cargan contra quienes se han preparado, pasado unos rigurosos exámenes, y han demostrado de esta manera, ante la Administración, su capacidad para ejercer, de pleno derecho, la profesión que han escogido.
Desde el respeto a todos, quiero hacerles unas consideraciones.
– ¿Acudirían a la consulta de un médico que no estuviera titulado, o a una Farmacia sin farmacéutico licenciado?
– ¿Y a la de un abogado sin licencia, ni colegiado?
– ¿Puede uno ejercer como arquitecto sin cualificación legal?
– ¿Se permite a un "manitas" hacer instalaciones eléctricas, o de fontanería sin licencia?
– ¿Puede alguien ejercer de profesor o maestro, sin la necesaria cualificación?
– ¿Se dejaría atender por una enfermera, por muy atenta o simpática que fuera, si no estuviera titulada?
– ¿Subiría a un avión si no supiera que el piloto ha cursado sus estudios y ha sido debidamente autorizado a pilotar por la administración?
La respuesta es muy clara: no!!
Ahorro a los lectores los centenares de ejemplos que podría exponer, y que demuestran que la administración exige una probada cualificación personal para ejercer una profesión de servicio público, y tiene los mecanismos correspondientes para que quienes quieran ejercerlas, lo hagan debidamente autorizados.
Esto no es la selva.
¿Por qué se permite entonces trabajar como guía a quienes no están titulados?
No basta que sepan muchos idiomas, que tengan conocimientos más o menos profundos, que sean amables o simpáticos-as, o que se les entienda cuando hablan.
De la misma manera que, por mucho que yo tenga 42 años de experiencia conduciendo, no puedo ser taxista o conductor de autobús.
Hay que pasar las pruebas que la Administración exige, y que (nos guste o no) son las que certifican la idoneidad para ser guía oficial.
Todos y cada uno de los Guías Oficiales que en Menorca ejercen, han superado esas duras pruebas, y tienen derecho a dignificar su profesión, tan respetable como la de cualquier otro colectivo profesional.
No es de recibo que niñatos y niñatas que los TTOO traen a Menorca para trabajar, hagan de guía de excursiones a los cuatro días de aterrizar en Menorca.
No puede aceptarse que, para salir del paso, cuenten chorradas y tonterías a sus clientes. Para muestra un botón: Uno de ellos decía que el nombre de Menorca es debido a las muchas orcas que nadan en aguas cercanas.
Otros abundan en los amores que Nelson y Lady Hamilton pasearon por aquí, cuando no hay fundamento alguna para afirmarlo.
Eso es lo que no debiera permitirse; lo que la Conselleria de Turisme del Govern balear debería evitar.
Nadie se opone a que quienes quieran ejercer esta profesión, exijan a la Administración que convoque las pruebas oportunas para examinarles.
A lo que se oponen los guías oficiales es a que personal evidentemente no cualificado, hagan el trabajo para el que aquellos se han preparado, examinado, aprobado, y están constantemente actualizando sus conocimientos, como manda la ley.
Lo único que los guías oficiales quieren, es que se cumpla la legalidad vigente. ¿Qué hay de malo en eso? La aplicación de la legalidad vigente en este tema ha de ser tan exigible, como en cualquier otro orden laboral.
Es vergonzoso que los TTOO modifiquen itinerarios de excursiones, escamoteando a sus clientes visitas de interés, para evitar tener que contratar a un guía oficial. Sientan junto al conductor a un "acompañante" que les sale más barato, y salen del paso, sin importarles si lo que cuentan a los clientes es cierto, o producto de la fantasía o imaginación del susodicho-a.
Somos los primeros en lamentar que compañeros no puedan examinarse; sabemos que algunos de ellos están muy preparados. Otros no tanto. Pero la concesión de la necesaria titulación, corre por cuenta de quien tiene autoridad para darla.
A esa autoridad dirijan sus quejas, y no carguen contra quienes ejercen legal, cualificada y honestamente su profesión (amén de cotizar a Hacienda como autónomos o trabajadores por cuenta ajena, según los casos).
P.S.: Las descalificaciones que doña Purita Martín expone en su carta al director del 2 de marzo, no merecen ser contestadas. Cualquier persona con dos dedos de frente puede leer entre líneas y ver que se trata de un desahogo extemporal. Si tantos años de experiencia tiene y tan buena es... ¿por qué no se ha presentado a los exámenes y legalizado el trabajo que quiere hacer y hace ilegítimamente?